El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de Argentina anunció el miércoles que la inflación del mes de agosto alcanzó el 12,4%, para un total de 124,4% en los últimos 12 meses. La tasa mensual más alta en más de 32 años se produjo tras la devaluación del peso argentino el 14 de agosto. En lo que va de 2023, el Índice de Precios al Consumo acumula un incremento del 80,2%.
El ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, dijo que fue uno de los peores meses de los últimos 30 años como consecuencia de un impuestazo del FMI que golpeó enormemente a nuestra economía, como fue la devaluación más el impuesto PAIS.
Según el Indec, los rubros con mayor aumento fueron Alimentos y bebidas no alcohólicas (15,6%), seguido por Salud (15,3%) y Equipamiento y mantenimiento del hogar (14,1%). Analistas privados prevén que la inflación de septiembre se mantenga en dos dígitos.
Antes de la devaluación, la inflación en Argentina ya se situaba en niveles alarmantes. El índice de julio había sido del 6,3%, 0,3 puntos más que en junio, cuando llegó al 6%. El máximo de este año se había producido en abril (7,4%).
Las variaciones más bajas en agosto fueron Comunicación (4,5%) y Bebidas alcohólicas y tabaco (8,5%).
La Oficina de Estadística de la Ciudad de Buenos Aires informó la semana pasada de que la inflación en el distrito porteño fue del 10,8% en agosto, por encima del 7,3% de julio. De esta forma, el índice de precios porteño acumula un aumento del 79,8% en los primeros ocho meses del año y una variación interanual del 127,3%.
En este escenario, el Gobierno apuró las medidas de compensación de ingresos para mitigar el impacto de la ola inflacionaria sobre los consumidores el mes previo a las elecciones presidenciales. Así, el Ministerio de Economía entabló negociaciones con las empresas en busca de acordar los precios de los artículos de la canasta básica.
Massa también dijo que fortalecer nuestra moneda es la mejor manera de derrotar a la inflación y que, además, nos permite tener autonomía y soberanía para pagarle al Fondo y sacarlo de la Argentina por sus recetas inflacionarias y contractivas.