El presidente chileno, Gabriel Boric Font, insistió el lunes en que había otras salidas a la crisis que vivía su país cuando el presidente socialista Salvador Allende fue derrocado 50 años atrás por el alzamiento militar del general Augusto Pinochet Ugarte, marcando el inicio de una dictadura de 17 años
Nos rebelamos cuando nos dijeron que no había otra alternativa, ¡claro que había otra alternativa! Y mañana, cuando vivamos otra crisis, siempre habrá otra alternativa que implique más democracia y no menos, dijo Boric, de 37 años.
No me arrepiento de haber estado del lado de los que sufrieron, señaló también Boric. Nunca más la violencia debe reemplazar el debate democrático, afirmando que este día de recuerdo debe servir para fortalecer la convivencia. Hoy decimos ante Chile y el mundo: democracia hoy y siempre, subrayó.
El golpe de Estado no es separable de lo que vino después. Desde el mismo momento se violaron los derechos humanos de los chilenos y chilenas, señaló también el mandatario.
La democracia es una construcción continua y la única forma de avanzar hacia una sociedad más justa y humana, insistió el Presidente chileno.
Es entre la diversidad y entre quienes piensan distinto que podemos construir una sociedad mejor, subrayó asimismo.
La reconciliación no consiste en igualar responsabilidades entre víctimas y victimarios, sino en hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que haya verdad y justicia, añadió.
Boric también describió a Allende como un hombre de impecable trayectoria democrática e intérprete de grandes anhelos de justicia.
Le acompañaron en las conmemoraciones los presidentes Luis Arce Catacora (Bolivia); Andrés Manuel López Obrador (México); Gustavo Petro (Colombia); y Luis Lacalle Pou (Uruguay), junto a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto, el ex presidente uruguayo José Pepe Mujica, y el ex juez español Baltasar Garzón, además del primer ministro portugués António Costa.
El Presidente Allende (1970-1973) estuvo a punto de convocar un plebiscito para intentar salir de la aguda crisis política y económica que vivía el país, pero fue derrocado por Pinochet con el apoyo de Estados Unidos.
Ningún representante de los partidos de derecha chilenos asistió a la ceremonia en La Moneda. También se abstuvieron de suscribir una declaración a favor de la democracia firmada el jueves por Boric y los cuatro ex presidentes democráticos aún con vida.
Isabel Allende, hija del ex jefe de Estado y actual senadora, narró su 11 de septiembre de 1973, junto a la ministra de Defensa, Maya Fernández, nieta de Allende. Los partidos de derecha han sido incapaces de firmar una carta fortaleciendo la democracia, diciendo que nunca más, bajo ninguna circunstancia, puede haber un golpe de Estado. Eso es muy doloroso. La historia juzgará, dijo.
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, dijo el lunes en Washington que el 50 aniversario del golpe era una oportunidad para honrar a las víctimas de la represión que siguió al 11 de septiembre de 1973. También señaló que la administración del presidente Joseph Biden ha tratado de ser transparente sobre el papel de EE.UU. en ese capítulo de la historia de Chile al desclasificar recientemente documentos de 1973.