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Gabón: Un primo del presidente depuesto encabeza el comité de transición
El general Oligui fue guardaespaldas del difunto padre de Bongo y jefe de los servicios secretos antes de convertirse en jefe de la guardia (Foto AP) Los militares gaboneses que tomaron el poder a principios de semana en el país africano anunciaron el miércoles que el general Brice Clotaire Oligui Nguema, jefe de la Guardia Republicana, iba a ser nombrado presidente del comité de transición.
Mientras tanto, el depuesto presidente Ali Bongo Ondimba fue puesto bajo arresto domiciliario. El grupo militar declaró que Bongo “ha sido puesto en retiro”, según Le Monde de París.
Oligui es primo de Bongo. Había sido guardaespaldas del difunto padre de Bongo, el presidente Omar Bongo, y fue jefe del servicio secreto antes de convertirse en jefe de la guardia.
Los rebeldes anunciaron el golpe en la televisión nacional después de que Bongo fuera declarado vencedor para un tercer mandato en las elecciones generales del sábado. Pero los resultados fueron invalidados, todas las instituciones estatales disueltas y todas las fronteras cerradas por los militares hasta nuevo aviso.
Bongo, de 64 años, apareció más tarde en un vídeo desde su residencia pidiendo a los “amigos de Gabón” que le apoyaran. Pero la multitud se echó a las calles de la capital, Libreville, para celebrar la noticia de la destitución del presidente, y varios manifestantes dijeron que se alegraban de que la familia Bongo estuviera fuera del poder. Bongo asumió el poder en 2009 tras la muerte de su padre, Omar Bongo, que había gobernado el país petrolero durante los 42 años anteriores.
Los opositores afirman que la familia Bongo no ha repartido la riqueza petrolera y minera del país entre sus 2,3 millones de habitantes. Nueve miembros de la familia Bongo están siendo investigados en Francia, y algunos se enfrentan a cargos preliminares relacionados con la corrupción.
Las elecciones del sábado se vieron ensombrecidas por la falta de observadores internacionales, lo que hizo temer por la transparencia. Posteriormente, el gobierno de Bongo restringió el servicio de Internet e impuso un toque de queda en todo el país, alegando que era necesario para evitar la propagación de información errónea.
Oficiales militares declararon que Bongo se encontraba bajo arresto domiciliario “rodeado de su familia y médicos”, mientras que uno de sus hijos había sido detenido por traición.
La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, declaró que París seguía muy de cerca la situación en Gabón.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, hizo un llamamiento a “todas las partes” para garantizar la seguridad de Bongo, y añadió: “China sigue de cerca la evolución de la situación”.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó el miércoles los sucesos de Gabón. “El Secretario General está siguiendo de cerca la situación en Gabón y toma nota con profunda preocupación del anuncio de los resultados de las elecciones en medio de informes de graves violaciones de las libertades fundamentales”, dijo Stephane Dujarric, portavoz de Guterres, en un comunicado. Guterres “condena enérgicamente el intento de golpe de Estado en curso para resolver la crisis postelectoral”, añadió Dujarric.
“El secretario general reitera su firme oposición a los golpes militares e insta a todos los actores implicados a que actúen con moderación, entablen un diálogo inclusivo y significativo y garanticen el pleno respeto del Estado de derecho y los derechos humanos,” prosiguió. “Las Naciones Unidas están con el pueblo de Gabón”.
El gigante petrolero francés TotalEnergies afirmó en un comunicado de prensa que su máxima prioridad era “garantizar la seguridad de sus empleados y sus operaciones” en Gabón. El grupo tiene 350 empleados en Gabón y es el principal distribuidor de productos petrolíferos del país.
Gabón es uno de los países más ricos de África por su elevado PIB per cápita, debido principalmente a sus ingresos petroleros y a su población relativamente pequeña, de 2,3 millones de habitantes. Sin embargo, un tercio de la población sigue viviendo por debajo del umbral de la pobreza, según el Banco Mundial.
