Según un informe del British Antarctic Survey publicado a finales de la semana pasada, el deshielo del mar podría haber causado la muerte de unos 10.000 polluelos de pingüino emperador para finales de 2022.
La organización también expresó su temor por la posible desaparición de la especie, ya que los científicos proyectan que más del 90% de las colonias de pingüinos emperador estarán casi extintas a finales de siglo, basándose en las actuales tendencias de calentamiento global que anuncian una disminución a largo plazo de la extensión del hielo marino.
Principalmente en el Mar de Bellingshausen, en el extremo sur de la Antártida, el aumento de las temperaturas provocó que el hielo donde se criaban los pingüinos se fracturara y desintegrara cediendo bajo las patas de las aves antes de que sus crías pudieran desarrollar sus plumas adultas impermeables.
Los pingüinos construyen sus nidos en el hielo marino y dependen de que este sustrato dure más allá de diciembre para que la temporada de cría tenga éxito. Los pingüinos emperador dependen del hielo marino estable que está firmemente adherido a la costa desde abril hasta enero. Si el hielo se rompe antes de principios de diciembre, las crías caen al agua y mueren ahogadas, explica Norman Ratcliffe, investigador del BAS.
Si consiguen sobrevivir en el agua, sus plumajes se humedecen y mueren de hipotermia. Otra posibilidad es que se queden en los témpanos de hielo, pero se alejan de sus padres, lo que les condena a morir de hambre, añadió. Una vez que llegan al lugar de cría elegido, los pingüinos ponen huevos en el invierno antártico, de mayo a junio. Los huevos eclosionan a los 65 días, pero los polluelos no empluman hasta el verano, entre diciembre y enero.
Los investigadores han examinado imágenes de satélite de la misión Copernicus Sentinel-2 de la Comisión Europea que muestran la pérdida de hielo marino en los lugares de cría, mucho antes de que los polluelos hubieran desarrollado plumas impermeables. Las cinco colonias de pingüinos estudiadas fueron descubiertas en los últimos 14 años mediante imágenes de satélite: la isla Rothschild, la ensenada Verdi, la isla Smyley, la península Bryan y la punta Pfrogner. Se ha demostrado que las cinco colonias regresan al mismo lugar cada año para reproducirse, con un único caso previo de fracaso reproductor en la península de Bryan en 2010.
Nunca habíamos visto que los pingüinos emperador no se reprodujeran, a esta escala, en una sola temporada. La pérdida de hielo marino en esta región durante el verano antártico hizo muy poco probable que los polluelos desplazados sobrevivieran, dijo el Dr. Peter Fretwell, autor principal del estudio.
Sabemos que los pingüinos emperador son muy vulnerables en un clima cada vez más cálido, y las pruebas científicas actuales sugieren que las pérdidas extremas de hielo marino como ésta serán cada vez más frecuentes y generalizadas, añadió.