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Diez muertos en polémica redada policial en Estado brasileño de São Paulo
“Estoy extremadamente satisfecho con la actuación policial”, dijo el gobernador De Freitas. Las autoridades del Estado brasileño de São Paulo confirmaron la muerte de diez personas en una operación policial tras el asesinato del agente de la Policía Militar Patrick Bastos Reis, de 30 años. El comisario Antônio Sucupira, de la Policía Civil de Guarujá, declaró que otras dos personas murieron el lunes, después de que el gobernador Tarcísio Gomes de Freitas hubiera hablado de ocho víctimas mortales. Otras diez personas fueron detenidas, entre ellas el presunto autor de los disparos, se informó.
La operación comenzó el viernes, un día después del asesinato de Bastos Reis, con un equipo de 600 policías civiles y militares a lo largo de la costa de São Paulo.
El presunto pistolero detenido el domingo fue identificado como Erickson David da Silva, al parecer vinculado a una banda de narcotraficantes de la región. A pesar de su detención, los residentes locales han dicho que la policía estaba “torturando y matando a todo el mundo” mientras prometía matar a sesenta personas más en varias favelas de la ciudad, según medios locales.
Agência Brasil afirmó que el número de muertes causadas por la policía militar en servicio creció un 26% en el primer semestre de este año en el estado de São Paulo. El número total de sucesos pasó de 123 en los seis primeros meses del año pasado a 155 en el mismo periodo de este año, se informó con base en datos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de São Paulo.
El número de casos ha crecido a pesar de que varios batallones de policía de São Paulo han adoptado cámaras corporales desde 2020. Estas cámaras de solapa se adhieren a los uniformes de los policías para que sus acciones en las calles puedan ser monitoreadas. El objetivo de estas cámaras es reducir la violencia policial, explica también Agência Brasil.
“El aumento del 26% en el número de personas muertas por la policía militar en servicio en el primer semestre de 2023 en comparación con el mismo período del año pasado es alarmante y causa gran preocupación. Necesitamos entender mejor este fenómeno, pero todo indica que los mecanismos de control del uso de la fuerza [como las cámaras corporales y el uso de armas menos letales], que tanto éxito han tenido desde que se implantaron a mediados de 2020, se están debilitando”, afirmó el investigador del Instituto Sou da Paz Rafael Rocha.
En entrevista con Agência Brasil, Rocha reforzó que las cámaras corporales son un instrumento, pero “eso solo no basta” para resolver el problema de la letalidad policial. Para él, el actual gobierno de São Paulo parece querer recortar el uso de los equipos, restando otros instrumentos que son necesarios para analizar las imágenes producidas. “Nos parece que, en 2023, la estrategia no es retirar las cámaras, sino debilitar los mecanismos de control, como las comisiones y las investigaciones. Se erosiona esta estructura que sustenta el análisis y la rendición de cuentas del material que producen las cámaras corporales”, dijo.
El balance del semestre también muestra un aumento del número de personas muertas a manos de policías civiles en acto de servicio. En este caso, el aumento fue del 60%, pasando de diez muertes en el primer semestre de 2022 a 16 en el mismo periodo de este año.
Como resultado, las muertes causadas por policías civiles y militares en servicio totalizaron 171 ocurrencias en los primeros seis meses de este año, contra 133 del año pasado.
Sumando también las muertes causadas por policías civiles y militares fuera de servicio, el total asciende a 221 muertes, frente a 202 en el mismo período del año pasado.
Entre enero y junio de este año, 15 policías civiles y militares fueron asesinados en el estado de São Paulo. De este total, siete estaban de servicio y ocho fuera de servicio. En el mismo periodo del año pasado, murieron 17 policías, 13 de los cuales estaban fuera de servicio.
El despliegue de este fin de semana en Guarujá, denominado Operación Escudo, comenzó tras el asesinato de Bastos Reis el 27 de julio mientras patrullaba.
“No es posible que el bandido, que el delincuente pueda agredir a un policía y salir impune, así que vamos a investigar, vamos a detener, vamos a llevar ante la justicia, vamos a llevar al banquillo de los acusados. Eso es exactamente lo que se ha hecho este fin de semana. Estoy muy satisfecho con la actuación policial”, declaró el gobernador De Freitas.
Para el investigador del Instituto Sou da Paz, sin embargo, la operación se llevó a cabo aparentemente “sin ninguna planificación, donde la cuerda, hasta cierto punto, se soltó y la policía tuvo libertad para actuar de forma extremadamente violenta y con una fuerza excesiva que no parece necesaria. Y eso es improductivo”.
“Una operación policial bien planificada, con el uso de inteligencia, con objetivos claros y un blanco claro, es mucho menos violenta y pone en riesgo a muchas menos personas, ya sea en la comunidad o entre la policía. Y eso no es lo que vimos, lamentablemente, el pasado fin de semana en Guarujá”, añadió Rocha.
