En relación con el acuerdo comercial Unión Europea-Mercosur, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, insistió en que las compras de su Gobierno son innegociables y prometió no ceder porque supondría matar ”la posibilidad de crecimiento de las pequeñas y medianas empresas (PYME). El líder del Partido de los Trabajadores también admitió que las discrepancias en este punto podrían retrasar el acuerdo un poco más”.
De la misma forma que Francia defiende fervientemente sus productos agrícolas y el vino, nosotros vamos a defender la pequeña industria en esta negociación, dijo Lula en un discurso en la Federación de Industrias de Sao Paulo (FIESP).
Desde que Lula volvió al poder, el 1 de enero, la Unión Europea y el Mercosur retomaron las negociaciones para cerrar el acuerdo comercial entre ambos bloques, que se cerró a nivel técnico en 2019, tras dos décadas de negociaciones.
Según el texto del acuerdo, los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) tratarían a las empresas europeas como nacionales en las licitaciones. Por otro lado, las exigencias medioambientales europeas abren la posibilidad de sanciones contra los socios comerciales sudamericanos.
También en el frente diplomático, Lula dijo el jueves que había mantenido una conversación telefónica con su colega chino Xi Jinping para hablar del BRICS (el bloque económico formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y también de la situación de la guerra en Ucrania.
Ayer [24] hablé por teléfono con el presidente de China, Xi Jinping. Hablamos de la situación mundial, de la necesidad de paz en Ucrania y de la participación de nuestros países en la cumbre del BRICS en agosto. Y sobre nuestra asociación estratégica a nivel bilateral, escribió Lula en una red social.
La conversación se produce poco más de un mes después de la reunión entre los dos presidentes en Pekín, y a días del regreso de Lula de un viaje a Japón, donde participó en el segmento de compromiso externo de la Cumbre del G7, grupo formado por los siete países más industrializados del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) en Hiroshima, entre el 19 y el 21 de mayo, durante el cual el líder sudamericano mantuvo 11 reuniones clave.
Además de las cuestiones medioambientales y la seguridad alimentaria, que ocuparon un lugar central durante la cumbre, el tema que dominó las mesas de debate fue el conflicto entre Rusia y Ucrania. A pesar de las diversas gestiones, Lula no llegó a reunirse con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.