El dólar blue subió otros AR$S 20 el lunes para cerrar en AR$ 462 y de alguna manera igualar la inflación en otros rubros de la economía del país.
Después de que la inflación de marzo alcanzara el 7,7%, las proyecciones para abril son igual de tenebrosas. O peores. Algunas consultoras ya hablan de un piso del 8%. De poco sirvió que el Banco Central (BCRA) subiera los tipos de interés del 78% al 81%.
Mientras tanto, el gobierno argentino apuesta a la nueva cotización del agrodólar de AR$ 300 (también conocido como dólar soja 3) para las exportaciones agropecuarias para liquidar las ventas al exterior y generar un flujo de divisas a las arcas del país. Sin embargo, ante la profundización de la brecha cambiaria, las posibilidades de la administración de recaudar los 5.000 millones de dólares esperados se han reducido luego de que el tipo de cambio ofrecido parece cada vez menos atractivo.
De todos modos, el BCRA compró US$ 108 millones el lunes y terminó en verde por tercera rueda consecutiva, tras el lanzamiento de una nueva edición del Programa de Incremento de las Exportaciones (PIE), el nombre oficial de la iniciativa del agrodólar.
En este turbulento escenario, el Gobierno del presidente Alberto Fernández insistió el lunes en que para junio habrá un superávit de 3.200 millones de dólares gracias a las negociaciones en curso con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El director de Argentina ante el FMI, Sergio Chodos, dijo que economistas de la opositora Juntos por el Cambio (JxC), que ocuparon cargos clave bajo el mandato del ex presidente Mauricio Macri, pidieron al FMI que no ayude a Argentina, en una maniobra para impulsar el dólar blue.
Aunque Chodos no los mencionó por su nombre, medios de Buenos Aires concluyeron que se trata de los ex ministros Alfonso Prat-Gay y Hernán Lacunza, y del ex presidente del BCRA Guido Sandleris, quienes habrían pedido al FMI que deje de asistir a Argentina hasta que asuma el próximo gobierno tras las elecciones de este año.