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La era de la energía nuclear llega a su fin en Alemania

Lunes, 17 de abril de 2023 - 10:54 UTC
“Los riesgos asociados a la energía nuclear son definitivamente inasumibles, incluso en un país de alta tecnología como Alemania”, declaró la Ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke. “Los riesgos asociados a la energía nuclear son definitivamente inasumibles, incluso en un país de alta tecnología como Alemania”, declaró la Ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke.

La era de los reactores nucleares llegó el sábado a su fin en Alemania tras el cierre de las tres últimas centrales de este tipo, mientras el país entra en un nuevo capítulo energético, enfrentado al reto de prescindir de los combustibles fósiles y gestionar al mismo tiempo la crisis del gas desencadenada por la guerra de Ucrania.

Las centrales de Isar 2 (sureste), Neckarswestheim (suroeste) y Emsland (noroeste) fueron desconectadas de la red después de que Berlín desestimara las peticiones de última hora para aplazar la medida. El Gobierno alemán había aceptado una postergación de varias semanas respecto a la fecha inicialmente prevista del 31 de diciembre, pero sin poner en duda la decisión de pasar página a este tipo de energía.

“Los riesgos ligados a la energía nuclear son definitivamente inasumibles incluso en un país de alta tecnología como Alemania”, declaró la Ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke. En Alemania, la lucha contra los riesgos asociados al uso civil de la energía nuclear lleva décadas movilizando a amplios sectores de la población y ha sentado las bases del movimiento ecologista.

A la vanguardia de la lucha contra la energía nuclear, la ONG Greenpeace organizó una celebración de despedida en la Puerta de Brandemburgo de Berlín: “¡Por fin, la energía nuclear es historia! Hagamos de este 15 de abril un día memorable”, proclamó.

Tras una decisión inicial de Berlín a principios de la década de 2000 de eliminar progresivamente la energía atómica, la ex canciller Angela Merkel aceleró el proceso tras la catástrofe de Fukushima en 2011. Desde 2003, Alemania ya ha cerrado 16 reactores.

La invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022 podría haber echado todo por tierra porque Alemania, privada del gas ruso, temía los peores escenarios, desde el riesgo de cerrar sus fábricas hasta quedarse sin fuentes de calefacción para el invierno. Pero la temporada transcurrió sin escasez y el gas ruso fue sustituido por otros proveedores. Sin embargo, una encuesta reciente para la cadena de televisión ARD reveló que el 59% de los encuestados pensaba que abandonar la energía nuclear en este contexto no era una buena idea. Dos tercios de los encuestados que querían que los reactores siguieran funcionando dijeron que les preocupaba que subieran los precios de la energía cuando se perdiera la energía nuclear.

Las tres últimas centrales proporcionaron sólo el 6% de la energía producida en el país el año pasado, mientras que la energía nuclear representaba el 30,8% en 1997, cuando la cuota de las energías renovables en la producción total ha aumentado hasta el 46% en 2022, frente a menos del 25% una década antes.

“Tras 20 años de transición energética, las renovables producen ahora cerca de una vez y media más electricidad que la energía nuclear en su punto álgido en Alemania”, declaró a la AFP Simon Müller, director del centro de investigación Agora Energiewende, especializado en transición energética.

“Los políticos tienen que adaptarse a las nuevas circunstancias, y yo acuso al Gobierno de no hacerlo en absoluto”, declaró a Associated Press el legislador opositor Albert Stegemann.

En Alemania, primer emisor de CO2 de la Unión Europea, el carbón sigue representando un tercio de la producción eléctrica, con un aumento del 8% el año pasado para compensar la ausencia de gas ruso. Incluso la activista sueca Greta Thunberg arremetió contra Berlín, afirmando que sería mejor seguir utilizando centrales eléctricas para reducir el uso del carbón.

Alemania prefiere centrarse en su objetivo de cubrir el 80% de sus necesidades de electricidad con energías renovables para 2030 y cerrar sus centrales de carbón a más tardar en 2038. Por el momento, el país está incrementando las importaciones de gas natural licuado (GNL), incluidos los cargamentos procedentes de Estados Unidos, y prevé multiplicar por más de cinco su capacidad de importación de GNL de aquí a 2030, hasta casi 71 millones de toneladas anuales.

Scholz ha advertido de que Alemania necesitará instalar entre cuatro y cinco nuevas turbinas eólicas al día en los próximos años para cubrir sus necesidades de suministro eléctrico. Esto supondría triplicar la media de 1,5 aerogeneradores diarios del año pasado.

Categorías: Energía, Internacional.