La Organización de Estados Americanos (OEA) denunció esta semana que unos 37 millones de personas en la región carecen de agua potable y citó el cambio climático como posible causa.
La OEA también advirtió el miércoles de que casi el 50% de la población de la región vive en zonas de extrema y alta vulnerabilidad climática y 110 millones de personas no tienen acceso a servicios modernos de saneamiento.
Según la OEA, el cambio climático agrava los desafíos de la gestión de los recursos hídricos en la región y cita como ejemplo la pérdida acelerada de los glaciares sudamericanos, que afecta al suministro de agua para consumo humano, uso agrícola y generación de energía hidroeléctrica.
Las sequías y la escasez de agua en Centroamérica y el Caribe causaron mayor pobreza, inseguridad alimentaria y migración y aumentaron las brechas de género, señaló también la OEA.
Hoy el tiempo se agota y es necesario acelerar el paso para alcanzar la meta de Agua para Todos, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, insistió la OEA.
Mientras tanto, también el miércoles, con motivo del Día Internacional del Agua, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió en la apertura de la conferencia sobre el agua en Nueva York del riesgo inminente de una crisis mundial del agua. El diplomático portugués también temió que se esté drenando la sangre vital de la humanidad, e insistió en que sólo la agricultura absorbe el 72% del agua.
Guterres denunció asimismo que la población mundial ha roto el ciclo del agua, destruido ecosistemas y contaminado las aguas subterráneas.
Hemos roto el ciclo del agua. Estamos drenando la sangre vital de la humanidad a través del sobreconsumo vampírico y el uso insostenible y evaporándola a través del calentamiento global, advirtió Guterres. También recordó que casi tres de cada cuatro desastres naturales están relacionados con el agua.
Un reciente informe conjunto de ONU-Agua y la Unesco advierte del riesgo inminente de una crisis mundial del agua y subraya que mientras en algunos lugares falta el recurso, en otros se multiplican las inundaciones o el agua contaminada. De ahí que ONU-Agua y la Unesco adviertan del riesgo inminente de una crisis mundial del agua.
Unos 6.500 dignatarios, entre ellos un centenar de ministros y algunos jefes de Estado y de Gobierno, se reúnen hasta el viernes en Nueva York para tratar de encontrar una solución e invertir la tendencia de aquí a 2030. Hay mucho que hacer y el tiempo no está de nuestro lado, dijo Gibert Hougbo, presidente de ONU-Agua, la plataforma que coordina los trabajos de la ONU. La anterior conferencia se había organizado en Mar del Plata.