Según un informe publicado este lunes por el Monitor de Incendios, una iniciativa del Proyecto Anual de Mapeo del Uso y Cobertura del Suelo en Brasil (MapBiomas) en colaboración con el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM), el bioma amazónico concentró el 90% de sus áreas con incendios, lo que representa 487.000 hectáreas. En los dos primeros meses de 2022, el área totalizó 654.000 hectáreas. En los seis biomas del país - Amazonia, Caatinga, Cerrado, Mata Atlántica, Pampa y Pantanal - hubo incendios en 536 mil hectáreas.
Vera Arruda, investigadora del IPAM, explicó que el área fue 28% menor que la registrada en los dos primeros meses de 2022. Aunque las lluvias estacionales favorecen la reducción de los incendios, muchas hectáreas se queman en un período de más lluvias, explicó Arruda, miembro del equipo que emite el Monitor de Incendios.
Otra particularidad de la estación es el alto índice de ocurrencias en Roraima. La encuesta mostró que los incendios en el estado consumieron 259.000 hectáreas.
Allí hay un tipo de vegetación que se parece más al Cerrado. No son sólo bosques, como la mayor parte de la Amazonia, prosiguió Arruda. En los estados de Mato Grosso y Pará, el fuego ha alcanzado áreas de 90.000 y 70.000 hectáreas, respectivamente. Si se combinan con Roraima, suman el 79% de los incendios detectados por el equipo.
El bioma del Cerrado es el segundo de la lista, con 24.000 hectáreas afectadas por el fuego. Arruda también dijo que la vegetación se ha adaptado a la presencia del fuego: El fuego que se produce, hoy en día, en los últimos años, ya no es el fuego que se produciría de forma natural en la vegetación, porque se produciría más por la presencia de rayos. Es decir, más entre las estaciones. Más o menos, de mayo a julio. Y vemos que, de hecho, el fuego en el Cerrado se concentra en el pico de la estación seca, entre agosto y septiembre, que son los meses más críticos para el fuego en el Cerrado. La mayor parte del fuego en la vegetación es de origen antropogénico, humano, no es de origen natural, insistió.
Además, incluso el fuego que se produjera de forma natural se produciría de forma espaciada, no quemaría la misma zona una y otra vez. Lo que vemos, con los datos del Monitor, es que la frecuencia de áreas quemadas en el Cerrado también está aumentando. Esto no permite que la vegetación, el ecosistema, se recupere, prosiguió.
(Fuente: Agencia Brasil)