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Conferencia “Soldado conocido” conmueve a jóvenes estudiantes y veteranos de la guerra de las Falklands / Malvinas por igual

Sábado, 25 de febrero de 2023 - 11:07 UTC
La traductora hizo tan bien su trabajo que todos lloraron, explicó Aro La traductora hizo tan bien su trabajo que todos lloraron, explicó Aro

Una conferencia en la Escuela de Estudios de Seguridad del King’s College de Londres a cargo de los veteranos de la guerra de 1982 Julio Aro y Geoffrey Cardozo conmovió a los estudiantes británicos que tuvieron la oportunidad de escuchar de primera mano lo que significó un conflicto armado para quienes participaron en él.

“Los jóvenes escuchaban con lágrimas en los ojos”, dijo Aro, que tenía 19 años cuando fue trasladado a las islas en 1982 mientras cumplía el servicio militar obligatorio, mientras que el entonces capitán Cardozo desembarcó en las islas el día que terminó la guerra para mantener a salvo a las tropas británicas tras la batalla.

El destino cruzó sus caminos en 2008, cuando una asociación de veteranos británicos invitó al argentino, que buscaba ayudar a sus compañeros con Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). Cardozo había llegado a coronel y dominaba el español, por lo que se convirtió en traductor durante esos días en los que supo de la angustia que había pasado Aro al volver a las islas y encontrarse con que 122 tumbas pertenecían a un “Soldado argentino sólo conocido por Dios”.

A continuación, los dos veteranos de ambos bandos describieron el proceso de identificación de los cuerpos de los 127 soldados enterrados en el cementerio de Darwin tras la guerra.

“Enterré a mis amigos y no los encontré”, resumió el argentino. Cardozo nunca le dijo hasta el día de la despedida que él había sido el encargado en 1982 por el gobierno británico de recoger los cuerpos de los campos de batalla y darles una sepultura digna y honorable. Él había creado el cementerio de Darwin, él había colocado aquellas placas. Y antes de despedirse, le entregó el documento que contenía todas las coordenadas de aquel minucioso trabajo.

A partir de ese momento, Aro comenzó a trabajar en la identificación de los caídos, con el apoyo de Cardozo. Así surgió el Plan Proyecto Humanitario y la identificación de 127 soldados argentinos.

Cuarenta años después de la guerra, en Londres, se sentaron frente a un auditorio lleno de estudiantes del King's College para contar el camino que recorrieron juntos. El público “había tenido tiempo de estudiar el conflicto, tenía un contexto en el que situar lo que Julio y yo les contábamos”, explicó Cardozo.

El encuentro se celebró en una universidad pública de investigación de Londres, que cuenta con un Departamento de Estudios de Guerra y es una de las instituciones más antiguas de Inglaterra, por cuyas aulas pasaron alumnos que luego se convirtieron en destacadas personalidades de la cultura, el arte, la política y el deporte de todo el mundo. Allí repasaron cómo el oficial británico se encargó de montar el cementerio de Darwin y explicaron la compleja operación de buscar, recoger e identificar los cuerpos de los soldados argentinos que habían quedado en fosas comunes o esparcidos por los campos de batalla, “antes de darles el mismo digno funeral con todos los honores militares que se les había dado a los soldados británicos unos meses antes”, dijo Cardozo.

A continuación, los dos veteranos explicaron cómo se llevaron a cabo las negociaciones entre los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña, los habitantes de las islas Falkland/Malvinas y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Durante la conversación con la profesora Eleonora Natale, ambos militares repasaron los acontecimientos que desde 1982 hasta la actualidad permitieron restituir la identidad de 127 caídos argentinos y destacaron como “figura central” de esta labor a las “Madres de Malvinas”.

Durante la charla, Morris Tidball-Binz, ex jefe de medicina forense del Comité Internacional de la Cruz Roja, explicó cómo esta iniciativa conjunta entre el Reino Unido y Argentina implicó la planificación del diseño y la implementación de una operación forense utilizando las Convenciones de Ginebra y el Protocolo de Minnesota, dos instrumentos clave en los estándares de las mejores prácticas forenses. Para Tidball-Binz, el proyecto exigía “requisitos excepcionales de garantía y control de calidad, debido al trabajo que había que realizar”.

“Fue una experiencia única y maravillosa. Para la traductora era muy importante sentir lo que yo quería decir, vivirlo y se tomó el trabajo previo de mirar algunas entrevistas que di, de hablar con nosotros una hora antes para sentir mis emociones y sensaciones para poder expresarlas”, contó Aro a Infobae.

“Había un público muy joven y había muchos diplomáticos. Hablamos sólo del amor al prójimo, de la empatía, del trabajo realizado para poder identificar a nuestros pares y hablamos del amor por esta causa. Repito: la intérprete hizo muy bien su trabajo, más que bien, porque, al final, todo el mundo tenía lágrimas en los ojos”, explicó Aro.

Geoffrey Cardozo señaló: “KCL preparó a sus alumnos con un curso en las semanas previas a la presentación para que estuvieran informados sobre la historia del conflicto y pudieran asimilar mejor la presentación y aprovecharla al máximo. Hubo algunas preguntas, pero la mayoría, las más íntimas y escrutadoras, se formularon durante la recepción informal que siguió a la presentación.”

“Había chicos que se disculpaban por ser argentinos y no conocer este trabajo, este proceso. Estaban todos muy emocionados. Hubo uno que nos quebró especialmente: habían organizado una especie de brindis en una mesa auxiliar, y no pudimos llegar porque los chicos nos paraban para poder seguir hablando”, añadió Aro.

Entre ellos había un joven que les emocionó. “Tenía los ojos llorosos y me contó que tenía 3 años cuando, en 1982, murió su padre en Malvinas, que él no quería ser militar sino médico, pero fue y cayó ahí. Conocía todo nuestro trabajo, nos sigue desde hace años y sólo quería felicitarnos... Hablaba y no paraba de llorar. Lo único que pude hacer fue abrazarle”.

Ese joven que lloraba era el profesor Ben Lovett, cuyo padre fue soldado del 3er Regimiento de Paracaidistas. Entre 2009 y 2013, él y su familia vivieron en las islas, donde enseñó historia en la escuela. “Es importante reconstruir el pasado fragmentado y darle algún sentido. El dolor y el sufrimiento de las familias de ambos bandos son evidentes incluso hoy, y se ven cuando todos visitan las islas y recuerdan a sus seres queridos”, dijo Lovett.

Durante la presentación estuvieron presentes diplomáticos del Foreign Office, funcionarios de varios ministerios, miembros del CICR, el representante de las Falkland Islands en el Reino Unido, y organizaciones y profesionales argentinos radicados en Londres. También estuvo presente el embajador argentino Javier Figueroa y varias personas que vivieron y trabajaron en las Islas. (Fuente: Infobae)