Bajo el título Recordemos, un grupo medioambientalista identificado como Falklands libre de salmones ha dirigido una carta al semanario Penguin News en el cual desdice algunos argumentos expuestos recientemente a propósito de la acuicultura intensiva o industrial, ya sea la cría intensiva de salmones, como por ejemplo acontece en aguas al sur de Patagonia chilena.
En efecto el grupo medioambientalista recuerda que la nueva Asamblea Legislativa de ocho miembros contó con la fuerte aprobación de los candidatos, finalmente electos, de defender el medio ambiente prístino de las Falklands, justamente para ello evitando la crianza industrial de salmones, a la vez que proyectando el turismo.
Empero los intereses en las Islas que pretenden se desarrolle dicha industria aprovechando las condiciones naturales, y a pesar de un primer rechazo, están insistiendo en el tema, y también se lo hicieron saber a las autoridades electas que piensan lanzar una campaña de concientización entre la población de las Islas para revertir lo que consideran informaciones anecdóticas manejadas por el gobierno de las Islas para llegar a la decisión de cerrar las puertas a dicha industria.
Empero en la nota Recuerden, el grupo medioambientalista desdice la afirmación que afirma haber ignorado o desconocido información independiente sobre la cría industrial de salmones.
Al respecto el grupo medioambientalista tiene presente que el gobierno de las Falklands pagó a una consultora del Reino Unido, MacAlister Elliott & Partners £193,000 por un informe en profundidad e independiente evaluando los riesgos y beneficios de la cría industrial de salmones en aguas de las Falklands.
Basado en ese informe de 165 páginas, el Consejo Ejecutivo de las Falklands tomó varias resoluciones,
A, No habría una prohibición en todas las actividades vinculadas a la acuicultura. Lo cual es algo bueno ya que la acuicultura incluye la cría de mejillones, algas y kelp.
B. No estaban intentos en acordar cualquier explotación industrial de peces en las Falklands. Esto es positivo y responde a que la cría industrial de peces con escamas son una industria muy contaminante: residuos, pestes, y parásitos son vertidos directamente a las aguas. Las 200,000 toneladas de producción de salmón que se proponen para las aguas de las Falklands, crearían efluentes equivalentes al saneamiento crudo de una población de 2.7 millones.
C. Tampoco estaban intentos en aprobar cualquier cría industrial de peces que significara la introducción de más especies nuevas a las Islas Falkland.
Lo cual también es bueno pues el salmón es una especie invasiva carnívora y predatoria de otras especies como pueden ser las que integran la pesquería de las Falklands.
El grupo medioambientalista agrega que si se quiere saber cómo otras regiones y comunidades se enfrentan al desafío de la cría de salmones, se recomienda la lectura de libros como Tóxico, pero no en mi guardia y Las guerras del salmón, a disposición en la biblioteca comunitaria Christie de las Falklands.
El semanario Penguin News entonces inquirió entre los legisladores electos al respecto, y uno de ellos se manifestó abiertamente n favor de legislación específica prohibiendo dicha industria, en cambio otros tres si bien contrarios a acuicultura de salmones entendieron que una ley no sería fácil de alcanzar.
El legislador MLA Pete Biggs a cargo de la cartera de medio ambiente dijo estar satisfecho de poder apoyar alguna legislación prohibiendo la cría industrial del salmón, siempre y cuando pudiera implementarse y fuera apurada en el programa legislativo actualmente en proceso de redacción.
Por último el legislador MLA John Birmingham dijo que el tema es simple y con una pregunta simple. Cuando la próxima elección se le pregunta a cada candidato, Ud. está a favor de reducir, de pleitear o alejarse de la explotación industrial intensa del salmón