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Perspectivas 2023 para América Latina, 'lunas de miel breves' y avance del 'nearshoring', según The Economist

Lunes, 16 de enero de 2023 - 10:52 UTC
El 'nearshoring' obedece a la reconfiguración geopolítica forzada por la tensión entre EE.UU. y China y la invasión rusa y la guerra en Ucrania El 'nearshoring' obedece a la reconfiguración geopolítica forzada por la tensión entre EE.UU. y China y la invasión rusa y la guerra en Ucrania

Las perspectivas económicas para América Latina este año no son las más favorables, indica un informe de la Unidad de Inteligencia de The Economist.

En medio de una política monetaria aún restrictiva y la inminente consolidación fiscal a nivel global, la política interna también frenará el crecimiento, aunque habrá oportunidades en agricultura, minería y 'nearshoring' (término que alude al redespliegue de inversión externa directa en lugares confiables y cercanos al país de origen).

Ello obedece a la reconfiguración geopolítica forzada por la tensión entre EE.UU. y China y la invasión rusa y la guerra en Ucrania. Pero para ser mirados como potenciales a la hora de cubrir ese flujo inversor, según la Unidad de Inteligencia, los gobiernos deberán instrumentar reformas y resolver problemas internos sin dañar el “clima de inversión”.

“Comparado con las grandes economías de Asia, nuestros rankings de ambiente de negocios sugieren que México, Costa Rica, Chile y Brasil son los mejores posicionados para competir y beneficiarse con el nearshoring”, indica el informe, reforzado por un cuadro en el que lista 13 países de Asia y América Latina, y los categoriza en base a 6 variables, de lo que resulta que Argentina, si bien no tiene calificaciones demasiado bajas en ninguna (como sí los tienen Perú en “efectividad política” y Ecuador en “disponibilidad tecnológica”) resulta el segundo menos competitivo para atraer inversiones de “nearshoring”, detrás de Ecuador.

En una escala de 0 a 10, la Argentina tiene muy bajos puntajes en materia cambiaria y de comercio exterior, funcionamiento del mercado laboral e infraestructura. Es evaluada un poco mejor en el frente político y de normas sobre inversión extranjera y obtiene su mejor calificación en capacidad o disponibilidad tecnológica.

En líneas generales, según el EIU, un efecto de la crisis en la región en los últimos 3 años es la creciente demanda por “un gran Estado que gaste y regule más”. Eso jugó a favor de los candidatos de centroizquierda, Gabriel Boric en Chile, Gustavo Petro en Colombia y Lula en Brasil, que ahora deben ofrecer resultados en cuanto al combate del crimen y la corrupción, y en materia económica. No es casual dice el informe, que reformas tributarias para asegurar el financiamiento del gasto social esté entre las prioridades de los gobiernos chileno y colombiano.

En ese contexto, según la publicación, es también probable una mayor regulación y presión impositiva sobre los supuestos “ganadores” de los recientes shocks de precios de commodities, como la minería y la agricultura. Legislaturas divididas harán lento ese proceso y actuarán como fuerza moderadora, lo que a su vez pondrá a prueba la paciencia del electorado y les hará difícil a los gobiernos proveer lo que prometieron. Las lunas de miel serán breves y la desilusión puede surgir rápidamente, con el riesgo de que vuelva a registrarse la ola de protestas en gran escala que varios países experimentaron en 2019, alerta el documento.

El supuesto geoestratégico básico es que la rivalidad entre EE.UU. y China generará presiones. Los gobiernos buscarán preservar y beneficiarse de las relaciones con Washington y con Beijing, pero si son forzados a “elegir lado” en cuestiones geoestratégicas como el desarrollo tecnológico, “pensamos que EE.UU. prevalecerá”, señala el informe.

“Es probable que China continúe su avance en América Latina en 2023 en áreas estratégicas como la minería del litio, y en países como El Salvador. Al respecto, un país a observar en 2023 es Brasil, donde Lula, pese a haber aumentado las relaciones con China en sus primeros gobierno, probablemente intente hacer un equilibrio entre ambos superpotencias”, detalla el informe.

En cualquier caso, según el EIU, la bifurcación de la economía mundial será una “enorme oportunidad” para que los países latinoamericanos atraigan “nearshoring”, es decir aquellas inversiones de relocalización productiva en lugares cercanos, algo que en principio favorecería a México, por su cercanía con EE.UU.