Chile celebró este martes el tercer aniversario del levantamiento social que catapultó a Gabriel Boric Font al centro de la escena nacional hasta convertirse en presidente. El movimiento también tuvo sus mártires de la brutal represión policial.
Los disturbios dejaron una treintena de muertos y miles de heridos, muchos de los cuales perdieron la vista. Los saqueos y los incendios también fueron habituales.
Los estudiantes de Santiago salieron a la calle este martes, mientras se organizaban marchas en distintos puntos del país. La movilización más multitudinaria tuvo lugar por la tarde en la Plaza Italia de Santiago, epicentro de la revuelta social de hace tres años. Algunos manifestantes encapuchados levantaron barricadas en torno a Plaza Italia y un nutrido escuadrón policial los dispersó con gases y agua.
En su discurso desde La Moneda, Boric instó a los chilenos a salir de la trinchera y de nuestra zona de confort para interpretar lo ocurrido y actuar.
No fue una revolución anticapitalista ni una pura ola de violencia. Fue una expresión de dolor y de las fracturas de nuestra sociedad a las que la política no ha sabido dar respuesta, añadió respecto a las protestas de 2019 que se iniciaron tras el aumento del precio del billete de metro.
Se dijeron y se hicieron muchas cosas excesivas, nos atacamos entre nosotros y somos muchos los que sentimos que en ese período las cosas llegaron a un extremo al que no debieron llegar, reconoció Boric, ex dirigente estudiantil. También admitió que las reformas que buscaba la revuelta aún no se han conseguido.
Ha habido esfuerzos durante todos estos años, sin duda, no pretendo negarlo, pero todavía no se materializan las reformas que resuelvan la debilidad de los derechos sociales de los chilenos y chilenas y así nos lo dice la gente permanentemente en la calle, dijo.
La pandemia y la crisis mundial provocada por la guerra de Ucrania han aumentado la fragilidad y las necesidades de la gente, añadió al tiempo que reconoció que su administración está centrada en los temas más urgentes, como la reforma fiscal y los derechos sociales.
Boric insistió en que la violencia no es el camino para resolver los problemas y defendió el derecho de la gente a manifestarse pacíficamente. También condenó a quienes cometen delitos bajo el paraguas de reivindicaciones legítimas. Las violaciones a los derechos humanos no son aceptables y, al mismo tiempo, Carabineros tiene todo nuestro apoyo para combatir la delincuencia y asegurar el orden público; no hay dicotomía, subrayó.