El presidente en ejercicio de Brasil, Jair Bolsonaro, y el exjefe de Estado Luiz Inácio Lula da Silva intercambiaron agrias discusiones, golpes bajos, mentiras, insultos y lenguaje soez durante el debate televisivo de este domingo de cara a la segunda vuelta del 30 de octubre.
También hubo silencios incómodos y algunas risas irónicas entre los dos rivales.
Los principales argumentos de Lula contra Bolsonaro fueron la gestión de este último de la pandemia del COVID-19, la crisis económica que afecta a los más pobres del país y la destrucción de la selva amazónica. Por otro lado, Bolsonaro subrayó la corrupción en tiempos de Lula.
”Petrobras fue el mayor escándalo de corrupción de la humanidad. Saquearon 90.000 millones de reales (unos 18.000 millones de dólares). Se metieron el dinero por el culo y lo distribuyeron entre los amigos”, afirmó Bolsonaro. Lula reconoció que hubo corrupción en la petrolera estatal, pero aseguró que todo se descubrió gracias a la transparencia de su gobierno (2003-2010).
Bolsonaro también recordó los vínculos de Lula con los líderes latinoamericanos Daniel Ortega de Nicaragua, Nicolás Maduro de Venezuela, Gustavo Petro de Colombia o Alberto Fernández de Argentina, a quienes vinculó con el comunismo, y criticó a Ortega por la detención de sacerdotes, y por el cierre de iglesias y de medios de comunicación.
Si alguien se cree imprescindible, está naciendo un dictador. Pero si Ortega se está equivocando, que el pueblo nicaragüense lo castigue. Si Maduro está cometiendo un error, que el pueblo venezolano lo castigue, respondió Lula al tiempo que calificó a Bolsonaro de pequeño dictador, mentiroso y caradura, mientras que el actual jefe de Estado dijo que su antecesor es una vergüenza nacional y un ladrón.
Quiero un país libre, donde se respete la libertad de expresión, donde se respete la propiedad privada, donde se pueda volver a casa con seguridad, ir a trabajar, ir a la escuela... Queremos un país sin drogas; Lula liberará las drogas; respetamos la vida, el no al aborto; y el respeto a las religiones, dijo Bolsonaro en su discurso final. Ese es el país que queremos, no el de Lula.
El candidato de la izquierda aseguró que él era el que defendía la democracia. Quiero gobernar el país democráticamente, como lo hice dos veces.
Bolsonaro acusó a su rival de tener un pacto con el narcotraficante Marcos Camacho, alias Marcola, y aseguró que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) estaba rodeado de traficantes durante un mitin en una favela de Río de Janeiro el pasado miércoles. Tiene amistad con los bandidos. En la favela no había un policía a tu lado, sólo había traficantes.
Lula se rió de estas acusaciones y vinculó a Bolsonaro con la criminalidad y la pobreza, al tiempo que subrayó los vínculos del mandatario con grupos paramilitares que controlan decenas de favelas en Río de Janeiro. Bolsonaro sabe que quien se ocupa del crimen organizado no soy yo. Quien tiene relación con los milicianos no soy yo. Y él sabe quién es. El crimen organizado que tiene relación con la muerte de Marielle.
Marielle Franco era una concejala de Río de Janeiro conocida por su postura contra los grupos milicianos, que fue asesinada en 2018.
El exministro de Justicia y actual senador electo Sergio Moro formó parte del entorno de Bolsonaro durante el debate del domingo. Según Folha do Sao Paulo, el exjuez, que tuvo a Lula encarcelado por corrupción, pasó al lado del candidato del PT sin saludarlo.