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Chile sube la TPM para frenar la inflación
La decisión se tomó a pesar de las declaraciones del mes pasado de que se había alcanzado un techo El Banco Central de Chile anunció este miércoles un aumento de 50 puntos básicos de la Tasa de Política Monetaria (TPM), que ha quedado fijada en el 11,25%, en una decisión unánime del Consejo que tiene por objeto atajar la inflación.
La decisión del miércoles, basada en que “las perspectivas de crecimiento mundial y las condiciones financieras internacionales se han deteriorado”, se produjo a pesar de que el mes pasado se declaró que se había alcanzado el nivel máximo posible (10,75%).
En aquel momento, el Banco Central argumentó que “los próximos movimientos de tipos dependerán de la evolución del escenario macroeconómico y de sus implicaciones para la convergencia de la inflación hacia el objetivo”.
El Banco Central también advirtió que “los riesgos para el escenario macroeconómico son elevados y sus implicaciones a corto y medio plazo deben ser cuidadosamente evaluadas”.
Por lo tanto: “El Directorio se mantendrá atento al desarrollo de estos eventos y reafirma su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad para que la inflación proyectada se ubique en el 3% en el horizonte de política.”
Los analistas del mercado chileno prevén que la inflación se sitúe en el 12,6 % a finales de año, ligeramente superior a la previsión del mes anterior (12,5 %), según la Encuesta de Expectativas Económicas publicada este miércoles por el Banco Central.
La inflación se situó en septiembre pasado en el 13,7% anualizado, lejos del rango objetivo del 3%, impulsada por el aumento de los precios de los alimentos. El Banco Central consideró para su decisión la persistente inflación mundial y el aumento de las tasas de referencia por parte de los bancos centrales, así como las expectativas que anuncian un prolongado endurecimiento monetario en las economías desarrolladas.
A nivel local, el Banco Central señaló que el mercado financiero ha seguido la tendencia mundial reciente, con una desaceleración del crédito bancario debido a una oferta más restrictiva y una demanda debilitada, principalmente en el comercio, la industria y la construcción.
