La misión de las Naciones Unidas en Haití se ha reducido al mínimo después de que todos los trabajadores no esenciales recibieran la orden de evacuar el país caribeño devastado por la violencia.
El anuncio se produjo dos meses después de que el Consejo de Seguridad de la ONU votara a favor de prolongar la presencia de la misión al menos un año más.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, condenó las últimas expresiones de violencia e instó a todas las partes a tratar de desescalar las hostilidades.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) dijo que el apoyo a los servicios de aplicación de la ley y de justicia penal en #Haití debe ser una de las prioridades para ayudar a la población y evitar cualquier desestabilización regional.
Los funcionarios de la ONU también han descrito la situación del país como una catástrofe humanitaria que ha alcanzado un nuevo nivel de desesperación tras dos semanas de violencia y saqueos.
La crisis económica, la crisis de las bandas y la crisis política se han combinado para crear una catástrofe humanitaria, explicó la enviada de la ONU a Haití, Helen La Lime.
En las últimas dos semanas, los ataques a los almacenes del Programa Mundial de Alimentos (PMA) han provocado la pérdida de 2.000 toneladas de ayuda alimentaria por valor de 5 millones de dólares, destinada a los 200.000 más vulnerables en el próximo mes, explicó La Lime.
Mientras tanto, la terminal petrolera de Varreux, la mayor del país, lleva más de una semana asediada por bandas, y la escasez de combustible está afectando a la economía local. En lugar del progreso esperado y soñado, hoy la situación en Haití ha alcanzado un nuevo nivel de desesperación, según la Directora Ejecutiva Adjunta del PMA, Valerie Guarnieri.
Esperamos que la seguridad alimentaria se deteriore aún más este año, superando el récord de 4,5 millones de personas en crisis, incluyendo 1,3 millones en estado de emergencia, añadió.
La Lime también instó al Consejo de Seguridad a adoptar medidas urgentes para encontrar una salida a la convergencia entre una crisis económica, una crisis de bandas y una crisis política.
En opinión de La Lime, la máxima prioridad radica en una solución política liderada por Haití en lo que respecta a su gobierno, sus instituciones y su población, de la que 1,5 millones se han visto afectados por las recientes protestas y disturbios después de que la administración del primer ministro Ariel Henry anunciara que no seguiría subvencionando los combustibles y aumentara el precio de la gasolina, el diésel y el queroseno, a lo que siguió otro incremento de los precios de los alimentos.
El embajador de México ante el Consejo de Seguridad, Juan Ramón de la Fuente, calificó de alarmante la situación de violencia en Haití y dijo que es necesario centrarse primero en la seguridad.
Pero el Ministro de Asuntos Exteriores de Haití, Jean Victor Geneus, argumentó que salvo casos aislados, la situación está en general bajo control y la calma ha vuelto a varias partes del país.
A principios de esta semana, 145 presidiarias haitianas se fugaron de un centro de detención que albergaba a 230 reclusas. Un agente de la ley murió durante los incidentes. Las autoridades también explicaron que 3 fugitivas habían sido recapturadas, pero una de ellas había muerto debido a dificultades respiratorias derivadas de su condición de asmática.