Las autoridades sanitarias argentinas informaron durante el pasado fin de semana de un aumento significativo en el número de casos de COVID-19 en todo el país durante la semana pasada (52.745), lo que supone un incremento del 26% con respecto a la semana anterior.
El informe epidemiológico también mostró 91 muertes por coronavirus, un 19,73% más que las 76 registradas una semana antes.
La provincia de Buenos Aires concentró el grueso de las víctimas, con 32, seguida de Córdoba (11), Entre Ríos (9), Ciudad de Buenos Aires (9), Salta (7), Mendoza (6), Chaco (4), Santiago del Estero (3), La Pampa (2), Neuquén (2), Río Negro (2), Santa Fe (2), San Juan (1) y San Luis (1).
Fue la quinta semana consecutiva en que las infecciones siguieron subiendo. En junio, la curva bajó semana a semana, pero repuntó el mes pasado, con 464 hospitalizaciones en unidades de cuidados intensivos, lo que equivalió al 43,9% de ocupación de camas para todas las dolencias. También supuso un aumento respecto a las 456 personas hospitalizadas por COVID-19 la semana anterior.
El Monitor de Vacunación Pública de Argentina mostró asimismo que el número total de dosis aplicadas contra la COVID-19 llegó a 107.823.754. El documento destacó que 3.133.494 personas habían recibido una dosis adicional; 20.966.625, el primer refuerzo, y 5.120.991, el segundo refuerzo.
En la actualidad, la subvariante Omicron BA.5 predomina en la mayoría de las muestras analizadas de personas infectadas por COVID-19 en el mundo. En Argentina, la propagación de la subvariante BA.5 también está aumentando. Aun así, la gente es reacia a vacunarse o a recibir dosis adicionales.
Expertos en sociología, psicología y vacunología dijeron a Infobae que quienes dudan creen que la infección ya no puede afectarlos gravemente, no quieren experimentar los efectos secundarios leves o moderados, o desconocen que los refuerzos son clave para protegerse y proteger a los demás.
Según datos oficiales, el 91,7% de la población de 18 años o más recibió el esquema primario de dos dosis, pero sólo el 57,2% de los adultos recibió al menos una dosis de refuerzo. En los grupos de edad más jóvenes, la aplicación de refuerzo es aún más baja. Sólo el 40% de los jóvenes de 25 a 29 años, el 38% de los de 16 a 24 años y el 33% de los adolescentes aceptaron aplicarse el primer refuerzo hasta ahora.
Desde la última semana de mayo, la tasa de aplicación de la vacuna COVID-19 ha ido disminuyendo: de 967.733 dosis esa semana a 387.834 en la semana del 18 de julio.