El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, anunció la semana pasada que aumentará la financiación de la Secretaría Nacional de Inteligencia (SNI), organismo creado en 2018.
Abdo justificó su medida en la precariedad presupuestaria del organismo, debido a la cual depende de la cooperación extranjera para cumplir su misión. El jefe de Estado hizo esos comentarios luego de que la SNI fuera elogiada por el Gobierno de los Estados Unidos de América por proteger a Paraguay y alertar a los países aliados de una amenaza común.
Aunque la condecoración estadounidense no menciona el incidente, fuentes de inteligencia locales coincidieron en que el elogio se debió al papel de la SNI en el caso del avión de carga venezolano-iraní actualmente incautado en el aeropuerto internacional de Ezeiza, en Buenos Aires, por la sospecha de que tenía otros fines más allá de traer asientos para Volkswagen desde México.
El avión Boeing 747-300 había sido transferido de la compañía iraní Mahan Air a la venezolana Emtrasur, filial de carga de la aerolínea de bandera Conviasa. Las tres empresas han sido incluidas en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por su presunta participación en el apoyo logístico al terrorismo mundial patrocinado por Irán.
Entre el 13 y el 16 de mayo, el mismo avión había estado en el aeropuerto Guaraní, en Ciudad del Este, para entregar a México cigarrillos de la marca Ibiza fabricados por Tabacalera del Este SA (Tabesa), cuyo principal accionista es el significativamente corrupto ex mandatario paraguayo Horacio Cartés.
Abdo Benítez insistió en que las posibles consecuencias de las actividades del avión iraní eran insospechadas; de ahí la importancia del trabajo de la SNI.
Agradecemos al gobierno norteamericano que distinguió una secretaría, que sabemos, comenzó a trabajar en nuestro gobierno. Tiene pocos recursos, que trabajó con poco presupuesto y con cooperación internacional, subrayó Abdo. Será nuestra prioridad en el futuro, fortalecer la inteligencia, que ayuda mucho a los valores democráticos y a anticiparse a los hechos, agregó.
La inteligencia paraguaya había alertado a las autoridades argentinas y uruguayas de que el avión fabricado en Estados Unidos estaba en la lista negra y que ayudarlo, aunque fuera sólo a repostar, podría acarrear la inclusión en la lista negra estadounidense. En ese escenario, el 747 despegó de Ezeiza buscando repostar en Montevideo, pero se le negó acceso al espacio aéreo uruguayo y se vio obligado a regresar a la terminal argentina, desde donde no pudo partir por falta de combustible, mucho antes de que el caso llegara a las autoridades judiciales.
La tripulación, compuesta por 5 iraníes y 14 venezolanos, también fue considerada demasiado grande para un avión de carga y su capitán ha sido vinculado a las fuerzas de Irán.
En este escenario, Abdo transmitió a su colega estadounidense Joseph Biden una invitación para visitar Paraguay, que fue entregada personalmente por el embajador José Antonio Dos Santos Bedoya. De aceptar, Biden se convertiría en el primer presidente estadounidense en pisar suelo paraguayo.