El presidente chileno, Gabriel Boric Font, aseguró este lunes que existe consenso entre la coalición gobernante para mejorar la nueva Constitución una vez que el proyecto sea aprobado mediante un plebiscito en septiembre.
El jefe de Estado de izquierdas también admitió que el nuevo documento, que sustituirá al de 1980 redactado bajo la dictadura militar del general Augusto Pinochet Ugarte no es perfecto.
Boric citó a la ex presidenta Michelle Bachelet, quien la semana pasada dijo que la nueva Constitución puede no ser perfecta, pero se acerca a lo que siempre soñé.
Todo es perfectible, y vamos a llevar adelante este proceso después del plebiscito, insistió Boric.
Los chilenos votarán el 4 de septiembre para decidir si aprueban la nueva Constitución o mantienen la de Pinochet, que ha sido remodelada sólo parcialmente tras el retorno al régimen democrático.
Los políticos de derecha y algunos de centro-izquierda ya han anunciado que votarán en contra de lo que consideran demasiado radical, mientras que la izquierda se inclina por el apruebo. Otros piden un gran pacto para reformar los aspectos más conflictivos.
La nueva Carta Magna declararía a Chile como un Estado social plurinacional de derecho, con un enfoque regional y ecológico, al tiempo que consagraría derechos fundamentales como la sanidad pública universal, la educación gratuita, la mejora de las pensiones y el acceso a la vivienda y al agua, además de la interrupción voluntaria del embarazo y la eliminación del Senado.
La mayoría de las encuestas pronostican que ganará el voto de rechazo.
Boric también restó importancia a las críticas de los opositores de derecha por el gasto del gobierno en promover la aprobación del nuevo documento. El principal valor y el papel que tiene que cumplir el Gobierno es que todo el mundo tenga acceso a la propuesta de la nueva Constitución, argumentó el presidente. Si hay alguien a quien le molesta que la gente tenga acceso a la nueva Constitución, debe tener miedo a algo del texto, añadió.