Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Estados Unidos, Joseph Biden, mantuvieron este miércoles su segundo encuentro cara a cara, y el primero desde que el mandatario latinoamericano decidiera no asistir a la Cumbre de las Américas del mes pasado en Los Ángeles tras la decisión de la Casa Blanca de no invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela al evento.
A pesar de nuestras diferencias y agravios, hemos sido capaces de ponernos de acuerdo como buenos amigos, dijo López Obrador tras la reunión en Washington, durante la cual también se comprometió a aumentar las exportaciones de crudo y combustible a su vecino del norte para reducir presiones inflacionarias en ambos países.
Mucha de esta gasolina [con la que estamos dispuestos a apoyar] la estamos produciendo en la refinería de Pemex que ustedes nos permitieron comprar en Deer Park, Texas. Ponemos a disposición de su gobierno más de mil kilómetros de gasoductos a lo largo de la frontera sur con México para transportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California por un volumen capaz de generar hasta 750 megavatios de energía eléctrica y abastecer a tres millones de personas, aproximadamente, dijo López Obrador a Biden.
Sé que sus adversarios, los conservadores, van a poner el grito en el cielo, pero sin un programa audaz de desarrollo y bienestar no será posible resolver los problemas, agregó el mandatario mexicano.
Biden recordó que Estados Unidos ha invertido 3.400 millones de dólares en infraestructura fronteriza para hacerla más segura y eficiente para el cruce de personas que buscan el sueño americano. El gobernante demócrata también recordó la crisis del fentanilo que atraviesa el pueblo estadounidense. Agencias como el FBI y la DEA han dicho que la mayor parte de esta droga proviene de los cárteles que operan en México. Desde abril, Estados Unidos ha desplegado más de 1.500 efectivos, ha realizado más de 20.000 operaciones y ha efectuado más de 3.000 detenciones en operaciones contra el narcotráfico, señaló Biden.
El presidente estadounidense también subrayó que incidentes como la muerte de 53 migrantes en un camión abandonado en San Antonio (Texas) demuestran la necesidad de establecer nuevos términos y reglas para controlar los flujos migratorios irregulares. Alcanzamos niveles históricos en los últimos cinco años de visados a centroamericanos y estamos en un ritmo que nos permitirá duplicar el número de visados en el próximo año fiscal. Gracias, señor presidente, porque también está emitiendo más visas de trabajo en México para los centroamericanos, señaló Biden.
Lo digo de manera sincera y muy respetuosa. Es indispensable que regularicemos y demos certeza a los migrantes que por años han vivido y trabajado de manera muy honesta y que también están contribuyendo al desarrollo de esta gran nación, agregó Biden, quien señaló asimismo que su administración está liderando la creación de oportunidades de vías legales para los migrantes y recordó que el año pasado emitió un récord de 300 mil visas para trabajadores mexicanos en empleos no agrícolas.
AMLO también destacó que debemos reconocer que, desde hace tiempo, no estamos produciendo lo suficiente. En las últimas tres décadas se aceptó cómodamente que China sería la fábrica del mundo, con la idea falaz de que, por la globalidad, no era necesario ser autosuficientes en alimentos, energía y otros bienes porque podíamos importar lo que necesitábamos, subrayó el mandatario mexicano. Añadió que esta teoría se ha demostrado errónea con casos como la pandemia del COVID-19 y la guerra en Ucrania.
No obstante, López Obrador se ha negado a sumarse a las sanciones de las potencias occidentales contra Rusia, ha calificado de craso error la ayuda de Washington a Kiev y ha calificado de inmoral la política de la OTAN.
Sobre el tema de que China es la fábrica del mundo, nosotros producimos más productos agrícolas, respondió Biden.
López Obrador se había reunido antes con la vicepresidenta Kamala Harris. La describió como una mujer con principios, inteligente y honesta.
Los dos jefes de Estado se reunieron en persona por primera vez el 18 de noviembre de 2021, y también tuvieron otros dos encuentros virtuales, el 1 de marzo de 2021 y el 29 de abril de 2022.
Tras el encuentro diplomático del miércoles con un vecino, Biden partió en misión a Oriente Medio para acercar a Israel y Arabia Saudí, en medio de una gran expectación por su reunión con el príncipe heredero Mohammed bin Salman. También se espera que visite Gaza el viernes y parta el mismo día hacia Arabia Saudí.
Será el primer presidente estadounidense que viaje en avión desde Israel a Arabia Saudí. Su predecesor Donald Trump (2017-2021) tuvo que hacer el viaje en sentido inverso.
La Casa Blanca ha dejado claro que el principal objetivo es profundizar en la integración de Israel en Oriente Medio aprovechando el impulso de los Acuerdos de Abraham, con la mediación de Trump y por los que Israel ha normalizado sus relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos.
No se espera que Israel y Arabia Saudí anuncien el establecimiento de relaciones diplomáticas durante el viaje de Biden, pero podrían darse algunos pasos como la apertura del espacio aéreo saudí a los vuelos israelíes para que puedan acortar los tiempos de vuelo a China, India o Tailandia.
Biden no ha dado muestras de querer revocar la decisión de su predecesor de declarar Jerusalén como capital israelí. Se comprometió de todos modos a reabrir el consulado para asuntos palestinos en Jerusalén que
Trump cerró en 2019, pero hasta ahora no ha habido avances y eso ha generado parte del escepticismo.