El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, tiene en mente una serie de cambios para lograr la paz total en un país desgarrado por guerras de guerrillas desde hace más de seis décadas, incluyendo la reanudación de las conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), se informó este martes.
Petro planea pedir a la organización rebelde un cese al fuego bilateral para reanudar las negociaciones interrumpidas bajo el mandato de Iván Duque. Petro reconocería así los protocolos de seguridad que el ELN había acordado con el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos (2010-2018).
El momento de la paz ha llegado, insistió Petro. Lo que pido será un cese al fuego, que será bilateral, agregó. Después de eso, se iniciarán las negociaciones políticas y judiciales.
El gobierno de Duque detuvo los diálogos de paz con el ELN, entre otras razones, por el atentado con coche bomba de 2019 contra la escuela de formación de policías en Bogotá, que dejó una veintena de muertos.
Además de detener las negociaciones que se llevaban a cabo en La Habana, Bogotá exigió a las autoridades cubanas la extradición de los delegados del ELN, a lo que el régimen castrista se negó, tras lo cual Washington incluyó a Cuba entre las naciones no dispuestas a ayudar en la lucha contra el terrorismo.
Petro también insistió en que imprimirá millones de copias de las recomendaciones entregadas la semana pasada por la Comisión de la Verdad. Quiero imprimir millones para que cada hogar tenga por lo menos las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, dijo el presidente electo en una entrevista radial.
En cuanto a las negociaciones de paz en curso con los antiguos grupos de las FARC, Petro dijo que estaría de acuerdo con las conversaciones sobre la reforma agraria, pero insistió en que no habría expropiaciones, como habían sugerido los políticos de la derecha durante la campaña electoral.
En el frente militar, Petro fue tajante. No quiere un alto mando manchado por acusaciones de violaciones de los derechos humanos. Nadie que esté vinculado a violaciones de los derechos humanos debería seguir en la cúpula, dijo, aunque eso profundizó sus diferencias con los oficiales militares que aún no pueden perdonar a Petro por su propio pasado guerrillero dentro del grupo M19.
El presidente electo también subrayó que el grueso del presupuesto militar se destinará al bienestar de las tropas, con mejores servicios de educación y salud, y derribando los muros entre soldados rasos, suboficiales y oficiales. Prevé una carrera militar en la que los suboficiales puedan pasar de sargento y llegar a general.
Petro también negó que tuviera la intención de trasladar la Policía del Ministerio de Defensa al Ministerio de Gobierno, pero sí se comprometió a alejar la jurisdicción del organismo de los asuntos estrictamente militares, que quedarán en manos del Ejército. La Policía ha sido muy criticada por su violencia durante las protestas sociales de 2019 y 2021.