Un Airbus 340-600 que pertenecía a la iraní Mahan Air y que ha sido entregado a la venezolana Conviasa esta misma semana se dirigía el miércoles al aeropuerto internacional de Ezeiza, en Buenos Aires, cuando fue desviado a Santa Cruz de la Sierra -aeropuerto de Viru Viru- en Bolivia.
La decisión se tomó en el último momento por temor a que la aeronave pudiera ser también incautada por las autoridades argentinas, al igual que el Boeing 747-300 de Emtrasur (filial de Conviasa), otra antigua unidad de Mahan Air que figura en la lista negra del gobierno de Estados Unidos.
El vuelo 9502 de la empresa estatal venezolana Conviasa debía aterrizar el miércoles en el aeropuerto internacional de Ezeiza y regresar a Caracas a las 21.50 horas con la tripulación del Boeing. Sin embargo, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, cambió de opinión a última hora para evitar que se repitiera lo ocurrido con el avión de Emtrasur aún retenido en Buenos Aires junto a 14 venezolanos y 5 iraníes que iban a bordo.
El Airbus A340-600 fue transferido el 13 de junio de Mahan Air a Conviasa, la aerolínea estatal venezolana también incluida en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Había llegado desde Teherán a Isla Margarita con 70 supuestos operadores turísticos e influenciadores iraníes a bordo.
La recién nombrada embajadora de Maduro en Argentina, Stella Lugo Betancourt de Montilla, promovió los contratos con Mahan Air en 2019, cuando era ministra de Turismo. También ha impulsado el regreso de los vuelos directos de Conviasa entre Caracas y Buenos Aires.
La fiscal federal Cecilia Incardona y el juez Federico Villena siguen investigando las circunstancias que rodearon la llegada del 747 a Ezeiza. La última medida fue dejar en tierra la aeronave, a la que no se le había prohibido salir del país, aunque no pudo hacerlo por falta de combustible.
A la tripulación también se le prohibió salir del país, lo que transformó en impráctico el vuelo del Airbus. El caso está bajo secreto de sumario, por lo que la información detallada de fuentes judiciales es escasa o se basa simplemente en rumores y suposiciones.
Algunos funcionarios del gobierno argentino habrían estado al tanto de las irregularidades del avión iraní, incluso dos días antes de que estallara el escándalo. Según TN, un alto funcionario de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) había pedido a varias empresas de Ezeiza que repostaran el Boeing 747 de bandera venezolana cuando el escándalo aún no había salido a la luz. Las petroleras Axion, Shell e YPF se negaron a cargar combustible a la aeronave venezolana porque estaba sancionada por el gobierno de Estados Unidos, donde estas empresas también tienen operaciones.
Fuentes de TN aseguraron que las órdenes de rellenar los tanques del 747 provenían directamente de la Casa Rosada, donde alguien estaba muy interesado en la salida del avión antes de que estallara el escándalo.