Ahorristas argentinos han retirado más de US $ 400 millones de sus cuentas bancarias esta semana en medio de crecientes rumores de que el Banco Central (BCRA) estaba considerando un nuevo corralito, como el que se implementó hace exactamente 20 años en los días previos a la dimisión del presidente Fernando de la Rúa.
Esta vez, los analistas han calificado esos rumores como noticias falsas, al tiempo que fuentes del BCRA minimizaron el impacto de los retiros.
En solo tres días, los ahorristas acudieron a los bancos y retiraron alrededor de 400 millones de dólares, luego de que corrieran rumores desde el lunes sobre un posible corralito para depósitos en moneda extranjera.
Técnicamente, un corralito significa que los titulares no pueden acceder a sus ahorros en efectivo, aunque puedan utilizarse a través de medios electrónicos. Si eso sucediera, un dólar estadounidense valdría alrededor de 100 pesos argentinos, la mitad de lo que los mercados no oficiales conocidos como blue (en lugar de negro) pagan por un billete estadounidense.
Según fuentes del BCRA, las reservas nacionales en dólares ascienden a 16.000 millones, lo que hace que los 400 millones sean insignificantes.
La confusión había aumentado el jueves luego de una resolución del BCRA que involucraba dólares estadounidenses en una jerga tal que el pánico era casi inevitable, según fuentes de MercoPress en Buenos Aires. Las consecuencias reales de estas medidas quedan por verse, en particular su posible impacto en los ahorros de los ciudadanos comunes.
Sin embargo, un audio se viralizó por WhatsApp y Telegram advirtiendo que se acercaba un nuevo corralito, lo que generó temor entre los titulares de cuentas bancarias.
El 3 de diciembre de 2001, el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo diseñó la estrategia del corralito en medio de una crisis financiera y una debacle cambiaria, con mercados altamente volátiles bajo un gobierno que había perdido toda confiabilidad.
En un movimiento desesperado, Cavallo promulgó el corralito para evitar que los bancos se quedaran sin efectivo. Cavallo había sacado al país del proceso hiperinflacionario de 1989/1990, pero fue bajo el presidente Carlos Menem, cuya capacidad para generar confianza entre los inversores superaba con creces la de De la Rúa.
Bajo el corralito de 2001, “los retiros de efectivo de cuentas bancarias estaban limitados a hasta US $ 250 por semana (también AR $ 250 en ese momento)”, y calificados según personas naturales, independientemente del número de cuentas individuales o conjuntas que pudiera tener un individuo.