El ex-presidente de la FIFA Joseph Blatter dijo que entregarle al emirato de Qatar la organización del Mundial del 2022 fue un gran error y atribuyó a la intervención del entonces presidente francés Nicolas Sarkozy como fundamental para dicha decisión.. Estaba decepcionado por la victoria de Qatar, dijo Blatter en una entrevista publicada en la edición digital dominical de Le Monde.
Blatter se vio obligado a dimitir el 2 de junio de 2015 por un escándalo de corrupción, cuatro días después de ser reelegido como presidente de la FIFA y aún enfrenta juicios en Suiza. La Fiscalía de Estados Unidos terminó procesando a todos los presidentes de las asociaciones de fútbol de América del Sur y varios de América Central y el Caribe, y de Estados Unidos, a excepción de Uruguay.
Blatter consideró que Sarkozy convenció al entonces presidente de la UEFA, Michel Platini, para que apoyara a Qatar y no a Estados Unidos, como habían acordado hasta ese momento. A eso se sumó que en esa ocasión se atribuyeron de una vez dos Mundiales, el de 2018, que recayó en Rusia -al que también optaban Inglaterra, asi como España y Portugal en una candidatura conjunta- y el de 2022, para el que el favorito era Estados Unidos pero que finalmente fue para Qatar.
Blatter resaltó que sobre el Mundial en Qatar pesaban muchas interrogantes, entre ellas demasiado calor. Pensaba que tantos riesgos no harían peligrar nuestro acuerdo en principio para atribuir los dos Mundiales a Rusia y Estados Unidos, dijo. Pero la intervención de Sarkozy, agregó, lo cambió todo, quien no descarta que circulara dinero en toda esa operación, aunque sin acusar directamente a nadie.
En decisiones tan importantes como la atribución de un Mundial es muy posible que el dinero circule y que alguien se lo meta en el bolsillo, señaló Blatter, que consideró que la investigación abierta por la FIFA para detectarlo no fue suficientemente estricta.
Sin la intervención de última hora de Sarkozy sobre Platini, Qatar no habría tenido nunca el Mundial, dijo el expresidente de la FIFA, que ligó ese apoyo a la compra del PSG por un fondo soberano del emirato y a las grandes actividades económicas entre Qatar y Francia.