El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y el Reino Unido anunciaron nuevas sanciones contra miembros del Gobierno de Nicaragua en represalia por las polémicas elecciones presidenciales celebradas el pasado 7 de noviembre.
EEUU impuso nuevas sanciones a nueve personas del Gobierno de Daniel Ortega y a la Fiscalía federal del país centroamericano. El Reino Unido, por su parte, sancionó a la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, y a otros siete funcionarios.
El gobierno británico informó que las medidas restrictivas, que suponen la prohibición de ingreso y el congelamiento de cuentas bancarias en el país, también afectan al presidente de la Asamblea Nacional o Parlamento de Nicaragua, Gustavo Porras Cortés, al secretario general de la Alcaldía de la capital de Managua, Fidel Antonio Moreno Briones, la fiscal general, Ana Julia Guido Ochoa, la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos Vanegas, al miembro del Comité Electoral Central Lumberto Ignacio Campbell Hooker, al inspector jefe de Policía Juan Antonio Valle y al jefe de Policía de León, Fidel de Jesús Domínguez Álvarez.
Por otro lado, la validez de las elecciones en Nicaragua se sigue discutiendo a nivel de la comunidad internacional. Un grupo de países condenan la ausencia de la oposición en las elecciones, el encarcelamiento de sus líderes, la ausencia de observadores internacionales y de medios independientes y la persecución a los periodistas.
Países como Rusia y Venezuela condenaron la decisión de EEUU de no reconocer los resultados. Mientras tanto, España rechazó la validez de las elecciones y las calificó de burla.
El periodo 2022-2026 será el cuarto mandato presidencial consecutivo y el quinto en la carrera política de Ortega, que ha sobrevivido junto con Murillo a la crisis política desatada por protestas callejeras desde 2018.
En las elecciones presidenciales el gobernante Frente Sandinista de Liberación Popular, con los candidatos presidenciales y vicepresidenciales, Daniel Ortega y Rosario Murillo, obtuvo el 75,87% de los votos. La participación en las elecciones, en números oficiales, fue del 65,26%. Sin embargo, estas cifras fueron refutadas por unos 1.450 observadores no oficiales movilizados en los colegios electorales del país. La organización no gubernamental ‘Urnas Abiertas’ afirmó, por su parte, que la participación solo alcanzó una media del 18,5% en Nicaragua.