Después del escrutinio del 97,74% de los votos, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, aseguró su reelección por otros cinco años en el cargo con un apoyo del 75,92% de los sufragios en medio de una notoria abstención y críticas mundiales. La participación fue del 65,23%.
El Consejo Supremo Electoral de Nicaragua (CSE) certificó este lunes la victoria de Ortega en representación de la Alianza Frente Sandinista (FSLN), que marca su cuarto mandato consecutivo y el segundo con su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta.
Con el 97,74 por ciento de los votos contabilizados (2.704.705), el binomio liderado por el actual presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo obtuvo el 75,92 de los sufragios, seguido por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) con 382,739 votos (14,15%) por ciento) y el Camino Cristiano Nicaragüense con 89,311 votos (3,30%).
En los meses previos a las elecciones, la mayoría de los contendientes que hubieran puesto en duda electoralmente la victoria de Ortega fueron arrestados o se exiliaron por precaución.
En consecuencia, varios ex presidentes latinoamericanos han pedido que se profundice el aislamiento de Nicaragua y han etiquetado al régimen de Ortega como “una dictadura” según la Carta Democrática de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En un comunicado difundido en Washington DC y firmado por el secretario general del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (grupo IDEA), los ex mandatarios pidieron la suspensión de Nicaragua de la OEA porque el proceso electoral se había visto empañado “por la violación de el derecho de los ciudadanos a elegir libre y democráticamente a sus autoridades”, lo que “es grave tanto para el futuro del pueblo nicaragüense como para el resto de América Latina, porque allí se aplicó rigurosamente el itinerario por el cual una democracia se convierte en autocracia”.
El expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), la costarricense Laura Chinchilla (2010-2014), el chileno Ricardo Lagos (2000-2006) y el colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018) denunciaron las condiciones en las que [los nicaragüenses] fueron llamados a las urnas para determinar la ilegitimidad de estas elecciones.
Fuentes independientes afirman que la participación fue solo del 15% a pesar de las cifras oficiales.
“El resultado fue el esperado: la reelección ilegítima de Daniel Ortega por cuarto mandato consecutivo y su intención de perpetuarse indefinidamente en el poder”, prosiguió el documento, que llamó a los cancilleres de la región a llevar este tema a la próxima Asamblea General de la OEA, donde se adoptarán todas las medidas pertinentes establecidas en el sistema interamericano.
Los ex mandatarios también recomendaron suspender todos los programas o negociaciones dentro de las instituciones financieras internacionales y regionales, tratando de no alterar los programas de asistencia humanitaria a favor de la población nicaragüense.
Los cuatro ex presidentes que firman esta declaración junto con el Secretario General de IDEA Internacional lo hacen bajo la misma convicción que nos ha guiado antes de hablar en defensa de la democracia en nuestra región. Hoy estamos convocados por la grave situación en Nicaragua, señalaron.
La comunidad internacional ha rechazado enérgicamente el proceso electoral. La Unión Europea expresó que carece de legitimidad, mientras que el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, ha señalado que Ortega y Murillo orquestaron una pantomina de elecciones que no fueron ni libres ni justas”.