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Uruguay ahorra dinero con electricidad respetuosa con el medio ambiente

Lunes, 18 de octubre de 2021 - 10:21 UTC

Uruguay se ha convertido en el segundo país del mundo en energía eólica, gracias a 43 parques que producen un tercio (33%) de la electricidad consumida a nivel nacional, lo que ha representado un ahorro superior a los US $ 125 millones solo en 2020.

Dinamarca es el único país que supera a Uruguay en la producción de energía eólica. Detrás de Uruguay y en ese orden vienen Irlanda, Alemania, Grecia, España, Reino Unido, Portugal, Australia, Holanda, Suiza y Bélgica.

El país sudamericano también produce el 3% de su consumo eléctrico a través de plantas solares. El resto de la electricidad de Uruguay proviene de la energía hidroeléctrica (29%), residuos de leña y biomasa (23%), diésel (10%) y fuel oil (2%), informó Infobae.

El año 2020 fue el primero en el que la energía eólica superó a la hidroeléctrica en la historia del país. “El 2020 fue el año más seco y se dio esa circunstancia que, en particular, el aporte de la energía eólica fue mayor porque teníamos menos agua”, dijo Fernando Fontana, asesor de la Presidencia de UTE (Administración Nacional de Centrales Eléctricas y Transmisión Eléctrica).

“Los cables no pueden almacenar energía, no son baterías. Si hay generadores de un lado, del otro debe haber consumidores y el balance energético, segundo a segundo, debe ser el mismo. De lo contrario, el sistema se desequilibra. “Es como cuando andas en bicicleta y estás en una pendiente pronunciada, tienes que mantener la velocidad”, dice Óscar Ferreño, director de Relaciones Institucionales y Regulación de la empresa Ventus, proveedor uruguayo de todas las etapas de las energías renovables y de proyectos de infraestructura.

Ferreño también insistió en que, en ausencia de un lugar para almacenar energía eólica y solar, son las primeras en ser enviadas a las líneas de suministro. Si es necesario, se utiliza energía hidroeléctrica. La diferencia entre el viento y el agua es que esta última se ahorra, en represas, agregó Ferreño.

La presidenta de UTE, Silvia Emaldi, explicó que los excedentes de energía eólica no almacenable en la noche los toma Argentina a bajo precio. Pero la energía también va a Brasil. “Están en una situación de sequía mucho mayor que nosotros y nos están comprando toda la energía disponible a precio de mercado a través de las interconexiones que tenemos con ellos”, explicó Emaldi, ya sea a través de la ciudad de Melo o de la ciudad de Rivera. “Estamos exportando esos 570 megavatios prácticamente las veinticuatro horas del día y este año casi no tenemos superávit”, dijo.

Y si bien la movilidad en Uruguay todavía depende en gran medida de los combustibles fósiles, el país está cambiando rápidamente hacia una matriz amigable con el medio ambiente: “Estamos avanzando rápidamente hacia la transformación eléctrica en movilidad, egro es el gran desafío que tenemos”, dice Walter Verri, subsecretario. del Ministerio de Industria, Energía y Minería.

Pero hay que hacer las cosas de forma paulatina: “Si hicieras todos los coches eléctricos, tendrías que multiplicar por cinco el sistema eléctrico actual”, apuntó Ferreño. En otras palabras, tendría que haber seis veces el número de parques eólicos que existen actualmente en Uruguay.

Además de eso, “un coche eléctrico no es barato y todavía quedan algunos otros inconvenientes por superar, como la autonomía”, comentó Verri.

Un estudio de la Asociación Uruguaya de Generadores Privados de Uruguay (AUGPEE) ha estimado que el ahorro por la incorporación de fuentes renovables como la energía eólica y solar asciende a más de US $ 744 millones de dólares entre 2007 y 2019.

“Es una de las razones por las que tenemos que avanzar lo más rápido posible hacia la movilidad eléctrica, no solo por el cuidado del medio ambiente, también hay razones económicas”, Verri añadió.

(Fuente: Infobae)