El senador boliviano Erick Morón del partido Creemos anunció este martes que presentó un proyecto de ley por el que se sumarían la castración química y la cadena perpetua al Código Penal vigente contra violadores y asesinos.
Actualmente, la pena máxima permitida por la ley boliviana es de 30 años de cárcel sin posibilidad de libertad condicional o indulto.
Morón explicó que había decidido trabajar en este proyecto debido al alarmante aumento de feminicidios, infanticidios, violaciones e incluso desmembramientos de cuerpos.
En su opinión, las personas que cometen estos delitos no temen las penas actuales y, por lo tanto, deben ser más duras.
No podemos permitir en nuestro país que se ponga de moda que nuestra sociedad no sienta indignación con todo esto que están viviendo los bolivianos, dijo Morón durante una rueda de prensa.
“La reforma judicial no es solo para ver quiénes serán los nuevos magistrados”, señaló. “La reforma judicial debe contemplar también temas integrales como los que estamos viviendo. Por eso hoy, como senador, he presentado este proyecto de ley formalmente ante el Senado que habla de castración química y cadena perpetua”, agregó Morón.
La propuesta prevé la castración química para los casos de violación de menores de 14 años, con excepción de las relaciones consensuales entre adolescentes mayores de 12 años, con una diferencia no superior a tres años entre ambos; en los casos de violación, en los que una persona mayor de edad mantiene relaciones con una persona de entre 14 y 18 años mediante seducción o engaño; cuando se realicen actos sexuales con penetración no consentidos “mediante intimidación, violencia física o psicológica” o cuando la víctima tenga una discapacidad física o mental.
La cadena perpetua también está prevista en el proyecto de ley para el homicidio de padre, madre, abuelo u otro antepasado de línea directa o cuando la víctima sea descendiente, cónyuge o pareja del imputado; o se cometa por razones inútiles o viles; con traición o crueldad; en virtud de precio, obsequios o promesas; por medio de sustancias venenosas o similares; o para facilitar, consumar u ocultar otro delito.
La llamada castración química es un tratamiento en el que se administran fármacos para reducir la libido y por tanto la actividad sexual. Es un proceso reversible y la recuperación del sujeto es posible una vez interrumpido el tratamiento, que debe realizarse cada seis meses, se explicó.
En 2017, el exviceministro de Seguridad Ciudadana, Carlos Aparicio, sugirió la castración química como medida para violadores de menores que provocan la muerte de sus víctimas. Un año después, la entonces alcaldesa de El Alto, Soledad Chapetón, también presentó un proyecto que agregaba la castración a las penas de los condenados por violación de niños o adolescentes. El intento más reciente fue en 2020, cuando un parlamentario del actualmente gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) presentó una propuesta similar a la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2021 se registraron en el país 81 casos de feminicidio y 26 infanticidios. En 2020 se reportaron 113 feminicidios y 117 el año anterior.