La policía brasileña arrestó a la funcionaria de aviación boliviana Celia Castedo Monasterio, quien en 2016 aprobó el plan de vuelo del vuelo 2933 de Lamia que resultó en la muerte de la mayoría de los miembros del equipo de fútbol Chapecoense.
Monasterio era funcionaria de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares de Navegación Aérea de Bolivia y el plan de vuelo mostraba que el piloto despegó a sabiendas de Viru Viru sin combustible suficiente para cualquier imprevisto.
La ex agente era buscada por fiscales bolivianos que investigan la caída del cuatrimotor Avro RJ85 de fabricación británica que transportaba jugadores a Medellín, Colombia, para la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional.
Según las autoridades bolivianas, la mujer se había profugado, buscando refugio en Brasil y ahora se encuentra pendiente de extradición tras la orden de arresto firmada por el Juez del Tribunal Superior Federal (STF) Gilmar Mendes.
Mendes escribió en su decisión del 26 de agosto que Monasterio era buscada por la Justicia boliviana para responder por la presunta práctica del delito de atentar contra la seguridad del espacio aéreo.
Según la Policía Federal de Brasil, Monasterio “era una especialista en seguridad de vuelo y, en ese momento, habría incumplido fraudulentamente los requisitos mínimos de procedimiento para la aprobación del plan de vuelo de la aeronave, ya que, en el programa presentado, el rango de vuelo era no adecuado para el viaje.
La funcionaria estaba encargada de aprobar el plan de vuelo presentado por el capitán de la aeronave, que claramente desafiaba la capacidad de combustible de la aeronave y su consecuente autonomía, sin un resto para maniobras de contingencia, como parece haber sido el caso el 29 de noviembre de 2016, cuando el avión fue puesto en espera para aterrizar en el aeropuerto José María Córdova de Medellín luego de que otra avión reclamara autorización prioritaria.
El capitán del vuelo chárter boliviano, en lugar de admitir su crítico estado de combustible y enfrentar las consecuencias legales, optó por probar suerte, a la que ya había empujado más allá de todos los límites.
Monasterio vivía desde 2016 en Corumbá, Brasil. Incluso había renovado su solicitud de asilo, citando persecución” en Bolivia después del accidente, que resultó en 71 muertes. Ahora permanecerá en una cárcel de Corumbá, pendiente de extradición.
El 28 de noviembre de 2016 despegó un vuelo a Medellín, Colombia desde Santa Cruz, Bolivia (aeropuerto Viru Viru). A bordo estaba el equipo de fútbol Chapecoense junto con cuerpo técnico y periodistas. Se dirigían a Medellín para el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional.
La aeronave se quedó sin combustible y se estrelló a 17 kilómetros del aeropuerto José María Córdova de Medellín, matando a 71 de las 77 personas a bordo. Solo sobrevivieron tres jugadores, dos miembros de la tripulación y un periodista.