Investigadores de la provincia argentina de Córdoba han encontrado rastros de la variante Delta del coronavirus en la red de alcantarillado de la capital provincial, se informó este lunes.
El infectólogo Hugo Pizzi explicó que el Ministerio de Salud de la provincia junto con el Instituto de Virología José María Vanella detectaron secuenciación de la cepa india en las aguas residuales que desembocan en la planta de tratamiento de aguas residuales de Bajo Grande, a 25 kilómetros de la ciudad.
Pizzi explicó que las muestras estaban disponibles allí porque el coronavirus se elimina a través de las heces. El virus siempre está en las heces, por eso los chinos empezaron a hacer frotis anales, porque el virus persiste más tiempo en el recto, señaló.
Advirtió además que, siempre que sea posible, la gente no debe compartir los retretes.
El especialista también insistió en que la circulación de la variante Delta dentro de la provincia estaba bajo control luego de que un ciudadano boliviano --que finalmente murió de COVID-19-- se saltara el aislamiento al llegar de Perú y se mezclara con miembros de su círculo social extendiendo así la cepa altamente contagiosa.
Actualmente “todo se pudo aislar muy bien y aparentemente no hay riesgos”, prosiguió Pizzi.
Hay 78 casos confirmados de la variante Delta en territorio cordobés, que ya ha provocado dos muertes, la del viajero y la de una mujer que estuvo en estrecho contacto con él.
Los expertos coinciden en que los hallazgos más recientes mostraron que la cepa estaba avanzando en Argentina, pero no es una señal clara de que se haya vuelto dominante.
“El virus ya está secuenciado y detectado en su nueva variante, pero eso no quiere decir que tengamos una explosión epidemiológica. Es algo a tener en cuenta, pero no es una preocupación mayor en este momento. Incluso es lógico porque el virus se elimina a través de la materia fecal”, explicó Pizzi.
Los estudios en la red de alcantarillado se convirtieron en una herramienta epidemiológica durante esta pandemia en varios países. Un seguimiento similar realizado en Israel mostró que la detección de una variante en las alcantarillas presagia lo que se observa días después en la población. También se realizan estas investigaciones en Chile, España, Estados Unidos, Francia y Holanda, entre otros países.
De hecho, los análisis de fluidos de aguas residuales en China, España y Brasil mostraron que el Sars-Cov-2 ya estaba circulando varias semanas antes del brote inicial en Wuhan, a fines de 2019.
Según lo que ha sucedido en otros países, cuando la variante Delta alcanza del 1 al 5 por ciento de todas las infecciones en una región, se necesitan entre 3 y 4 semanas para convertirse en la variante dominante (50% de los casos) y de 6 a 8 semanas para representar 90 por ciento de los casos.
En países con buena cobertura de vacunación integral, la Delta está provocando una nueva ola de casos pero con baja mortalidad y hospitalización.