Tras los anuncios del presidente francés Emmanuel Macron a principios de esta semana sobre la vacunación contra el covid, manifestantes enojados se enfrentaron con la policía de todo el país este miércoles durante el feriado del Día de la Bastilla.
Macron había dicho en un mensaje por radio y TV que recibir el tratamiento de dos inyecciones sería obligatorio para todos los trabajadores de la salud y que se requeriría un pase verde a partir del próximo mes para que una persona pueda ser admitida en bares, restaurantes, espectáculos, centros comerciales y casi para todas las actividades de la llamada vida normal.
Esos requisitos son percibidos por una gran parte de los ciudadanos franceses como una invasión a la privacidad y la libertad individual. Por lo tanto, en otro aniversario de la Revolución Francesa que se basó en los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, no fue una sorpresa.
Según la policía francesa, cerca de 20.000 personas se manifestaron en veinte ciudades contra la extensión a todo rubro del pase de salud anunciada el lunes por Macron, calificando a su gobierno de “dictadura”.
Algunas movilizaciones comenzaron por la mañana, cuando se estaba realizando el desfile militar en la famosa Avenue des Champs-Élysées, bajo la mirada del Jefe de Estado que presidió estas festividades por última vez en su mandato de cinco años.
Las autoridades francesas esperan que algunas de estas medidas impulsen a quienes hasta ahora eran reacios a la vacuna a que finalmente acepten inocularse. Desde los anuncios, se realizaron más de 2 millones de citas para la vacunación en el sitio web de Doctolib.
En París, varias procesiones reunieron, según el Ministerio del Interior, a 2.250 personas en el apogeo de las manifestaciones, parte de las plazas de République y Clichy. Posteriormente en el día se reportaron algunos incidentes cuando algunos manifestantes personas arrojaron piedras y objetos a la policía mientras gritaban “contra la dictadura” y “contra el pase sanitario”.
Un total de 53 protestas se llevaron a cabo en varias ciudades del país, según el Ministerio del Interior. Más de 19.000 manifestantes afirmaron que no eran conejillos de Indias y corearon ¡Libertad, libertad! ¡No a la vacunación obligatoria!
Algunos de los manifestantes vestían los ya clásicos chalecos amarillos que representan una oposición a Macron.
Cualquier operador de un espacio público que no solicite el pase sanitario a sus clientes estará sujeto a una multa de hasta 45.000 euros y un año de prisión, según el proyecto de ley anunciado por Macron.
Algunos informes de prensa han indicado que alrededor del 76% de la población de Francia está de acuerdo con la vacunación obligatoria para el personal sanitario, pero quienes se oponen a la inoculación obligatoria afirman que están cerca del 40%.
Los manifestantes están descontentos con la decisión anunciada el lunes de obligar a los trabajadores de la salud a vacunarse y llevar un pase de vacuna para la mayoría de los lugares públicos. A las personas no vacunadas se les requeriría un resultado negativo para ingresar a los restaurantes.
“Macron juega con los miedos, es repugnante. Conozco personas que ahora se vacunarán solo para llevar a sus hijos al cine, no para proteger a otros de formas graves de Covid, dijo un manifestante a los medios franceses.
El gobierno defendió el martes su decisión de imponer pruebas de Covid a las personas no vacunadas que quieran comer en restaurantes o hacer viajes de larga distancia, ya que el país busca evitar un aumento en los casos más contagiosos de la variante Delta.
Según una encuesta de opinión publicada el martes, las nuevas medidas de seguridad tienen una gran mayoría de aprobación entre los franceses. Alrededor de 35,5 millones de personas, algo más de la mitad de la población de Francia, han recibido al menos una dosis de vacuna hasta ahora. Al comienzo de la pandemia, Francia tenía uno de los niveles más altos de escepticismo sobre las vacunas en el mundo desarrollado.
En Grecia, mientras tanto, alrededor de 4.000 personas se reunieron más tarde el miércoles en el centro de Atenas para protestar contra las nuevas medidas contra el virus anunciadas por el primer ministro Kyriakos Mitsotakis. ¡Decimos que no! y Renuncia coreaban los manifestantes en protesta por las medidas que se están implementando para las personas no vacunadas.
Entre los países que ya exigen un pase de salud para acceder a restaurantes, bares, museos y también a salones de belleza se encuentra Dinamarca, que en abril de este año lanzó su Coronaps”, que certifica si una persona tuvo un resultado negativo en la prueba durante las últimas 72 horas, ha sido vacunada o ha desarrollado anticuerpos de una infección previa. En Europa, están en vigor medidas similares en Austria y Letonia, entre otros lugares.