Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se pospusieron el año pasado debido a la pandemia de coronavirus, anunciaron este jueves que no se permitirán espectadores cuando se realicen las competencias.
Mientras tanto, las autoridades japonesas han decretado un nuevo estado de emergencia a la luz del creciente número de casos de covid-19.
Sin embargo, se permitirá un pequeño número de aficionados en la prefectura nororiental de Fukushima, donde se desarrollarán las competencias de béisbol, ya que esa área no ha sido alcanzada por las limitaciones del gobierno.
El estado de emergencia comienza el 12 de julio y se extiende hasta el 22 de agosto. Los Juegos Olímpicos, que comienzan el 23 de julio y se extenderán hasta el 8 de agosto, caen completamente dentro del período de emergencia, mientras que los Juegos Paralímpicos arrancan el 24 de agosto.
Teniendo en cuenta el impacto de la cepa delta, y para evitar que el resurgimiento de infecciones se propague por todo el país, debemos intensificar las medidas de prevención del virus, dijo el primer ministro japonés Yoshihide Suga.
En las condiciones actuales, los Juegos Olímpicos serán principalmente un evento televisivo. La decisión de Suga fue respaldada por el Comité Olímpico Internacional, el Comité Paralímpico Internacional y el gobierno metropolitano de Tokio en lo que fue un duro golpe para los contribuyentes japoneses con cientos de millones de dólares en ingresos por entradas perdidos.
Los organizadores esperaban generar alrededor de 800 millones de dólares en la venta de localidades. Cualquier déficit, y podría ser casi la cantidad total, deberá ser cubierto por entidades gubernamentales japonesas. Los aficionados del extranjero ya habían sido prohibidos hace meses; las nuevas medidas significan que no habrá espectadores locales tanto en lugares cerrados como al aire libre.
En principio, la ceremonia de apertura del 23 de julio en el nuevo Estadio Nacional se realizará sin público, aunque se permitirá la asistencia de algunos dignatarios, patrocinadores, funcionarios del COI y otros.
Tendremos que revisar la situación de los dignatarios y las partes interesadas, dijo la presidenta del comité organizador, Seiko Hashimoto, sobre la ceremonia de apertura. Sin fans fue una decisión muy difícil, agregó. Hashimoto reconoció algunos arrepentimientos, particularmente por la decisión que llegó tan tarde.
No tuvimos más remedio que llegar a la decisión de no espectadores, dijo. Aplazamos y aplazamos, uno tras otro. He hecho un examen de conciencia al respecto.
¿Qué puedo decir? Por fin estamos aquí, dijo el presidente del COI, Thomas Bach, durante una reunión virtual desde su hotel de Tokio, donde guarda aislamiento durante tres días después de aterrizar en la capital japonesa el jueves. He estado añorando este día durante más de un año.
Japón está gastando oficialmente US $ 15,4 mil millones en los Juegos Olímpicos y varias auditorías gubernamentales dicen que la cifra es mucho máyor. Con la excepción de 6.700 millones de dólares, el resto es dinero público.
Hace dos semanas, los organizadores y el COI permitieron que las sedes pudieran llenarse al 50 por ciento de su capacidad, con una multitud que no superata las 10.000 personas. El estado de emergencia obligó a un cambio tardío, que siempre era una opción si las infecciones empeoraban.
Las infecciones están en su fase de expansión y todos en este país deben comprender firmemente su gravedad dijo el doctor Shigeru Omi, un asesor médico de las autoridades. El foco principal de la emergencia es una solicitud para que los bares, restaurantes y salones de karaoke que sirven alcohol cierren.
La prohibición de servir alcohol es un paso clave para atenuar las festividades relacionadas con los Juegos Olímpicos y evitar que la gente beba y salga de fiesta. Se solicitará a los residentes que permanezcan en sus hogares y sigan las competencias por la televisión.
Cómo evitar que la gente que disfrute de los Juegos Olímpicos y salga a tomar algo es un tema principal, dijo el ministro de Salud, Norihisa Tamura.
El aumento de infecciones también ha obligado al gobierno de la ciudad de Tokio a desviar retirar el relevo de la antorcha olímpica de las calles y hacia islas remotas frente a la costa de la capital.
Los Juegos Olímpicos siguen adelante en contra de la mayoría de los consejos médicos, en parte porque el aplazamiento detuvo el flujo de ingresos del COI. Obtiene casi el 75 por ciento de la venta de derechos de transmisión, y las estimaciones sugieren que perdería entre 3.000 y 4.000 millones de dólares si los Juegos Olímpicos se cancelaran por completo.
Se espera que ingresen a Japón unos 11.000 atletas olímpicos y 4.400 paralímpicos, junto con decenas de miles de funcionarios, jueces, administradores, patrocinadores, locutores y medios de comunicación. El COI dice que más del 80 por ciento de los residentes de la Villa Olímpica serán vacunados. Solo el 15 por ciento de los japoneses están completamente vacunados.
Ryuji Wakita, director general del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, señaló que dos tercios de los casos de Japón provienen de la región de Tokio y nuestra preocupación es la propagación de las infecciones a las áreas vecinas.