El Gobierno de Argentina estaría evaluando una reapertura gradual de sus fronteras después de que estallaran las controversias a partir de su decisión de imponer un límite de 600 pasajeros aéreos por día a través del aeropuerto internacional de Ezeiza, según se informó.
Una medida tan drástica implicó reducir el número máximo de vuelos internacionales diarios, lo que provocó que miles de ciudadanos y residentes argentinos se quedaran varados en el exterior.
Las restricciones actuales terminan el 9 de julio y las autoridades nacionales se han comprometido a consultar con sus asesores epidemiólogos y tener en cuenta sus recomendaciones a la hora de tomar una decisión sobre si ampliar el tope o mantener el estado actual de las cosas..
Fuentes de Casa Rosada han admitido que el grado de apertura dependerá también del compromiso de las jurisdicciones en cuanto al control que se aplicará para garantizar el aislamiento de quienes regresen del exterior.
De todas formas, este martes se rumoreaba, según Noticias Argentinas, que el nuevo máximo se fijaría entre “900 y 1.000” pasajeros diarios, con el fin mantener a raya a la variante Delta del coronavirus. Hasta el 25 de junio, se permitía la entrada de hasta 2.000 personas por día.
Las últimas restricciones del Gobierno también han generado quejas de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), que consideró que es fundamental que los requisitos se establezcan con el Gobierno de manera coordinada y predecible que permitan a la industria operar de manera estable mientras la pandemia continúa. De esta manera, los miles de pasajeros afectados por las restricciones impuestas el 25 de junio pueden regresar, dijo IATA en un comunicado.
Una reunión el martes entre funcionarios del Gobierno y ejecutivos de la industria aeronáutica en la Casa Rosada duró diez minutos y no arrojó resultados positivos.
Las autoridades federales y locales también han anunciado que no promoverán ningún turismo para la próxima temporada de invierno, aunque técnicamente no estará prohibido.