Las víctimas argentinas de desapariciones y secuestros de niños durante la dictadura militar entre 1976 y 1983 confían en los esfuerzos de vacunación para ayudarles a encontrar a algunos de sus 300 nietos desaparecidos.
Hasta el momento, 130 niños que nacieron en cautiverio han sido restituidos mediante pruebas de ADN a sus familiares consanguíneos gracias al esfuerzo de Abuelas de Plaza de Mayo (Abuelas de Plaza de Mayo), pero aún se desconoce el paradero de otros 300.
La organización humanitaria espera que las actuales campañas de vacunación contra el coronavirus en todo el país ayuden a encontrar a algunos de los niños que fueron robados al nacer y entregados a familias adoptivas, informó el domingo la agencia Al Jazeera.
Bajo el lema “Ayúdanos a encontrarte”, las Abuelas están pidiendo que las personas entre 38 y 45 años publiquen fotos de su vacunación en las redes sociales con el hashtag #UnaDosisDeIdentidad .
Las publicaciones están acompañadas de mensajes instando a cualquier persona nacida entre 1975 y 1980 y que tenga dudas sobre su identidad a comunicarse con la organización.
“Lo vimos como una oportunidad porque en poco tiempo los nietos que buscamos estarán atentos porque se están vacunando”, dijo a Al Jazeera Belén Altamiranda Taranto, nieta identificada número 88, que ahora trabaja con Abuelas de Plaza de Mayo en la ciudad de Córdoba.
Este año, el gobierno también lanzó una campaña dirigida a los argentinos que viven en el exterior bajo el lema “Argentina Te Busca”. Varias personas han descubierto sus verdaderas identidades después de mudarse al extranjero como adultos a los Países Bajos, Estados Unidos y España, mientras que otras lo hicieron a una edad más temprana en Chile o Uruguay.
Las mujeres embarazadas al momento de su desaparición forzada dieron a luz en centros clandestinos de detención y luego sus bebés fueron entregados sistemáticamente a familias que apoyaban al régimen militar o que no hacían preguntas sobre el origen de los niños.
Las pruebas de ADN no estuvieron disponibles hasta finales de la década de 1980, por lo que los responsables del secuestro de bebés no podrían haber adivinado que habría una forma de identificar las verdaderas líneas de sangre de los recién nacidos que robaron.
Han sido necesarios años para generar una conciencia colectiva de lo sucedido y el tiempo se acaba. “Quedan muy pocas abuelas”, dijo a Al Jazeera Taranto, de 44 años. “Son muy mayores y es un sentimiento de gran tristeza e impotencia verlas dejarnos, sin haber podido encontrar a sus nietos ni los cuerpos de sus hijos”.
Taranto conoció a ambos pares de abuelos antes de que fallecieran. No es un cliché, pero sentís una sensación de libertad; soy libre de hacer lo que quiera con mi historia, dijo Taranto, cuyos padres desaparecidos Cristian Adrian y Natalia Vanesa eran miembros del Partido Revolucionario de los Trabajadores.
Cualquier persona que tenga dudas sobre su identidad puede contactar con Abuelas de Plaza de Mayo a través de su página web.
Fuente: Al Jazeera