El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a plantear dudas sobre la eficacia de las vacunas anticovid y defendió el tratamiento temprano contra la enfermedad con medicamentos controvertidos como la cloroquina.
En su transmisión semanal del jueves en las redes sociales, Bolsonaro destacó que varios países registraban problemas vinculados a la droga Sinovac desarrollada por China.
“Esta vacuna tiene problemas en diferentes países que la están usando, como Chile. Y en Brasil no es diferente. En algunos hogares de ancianos donde ya se han aplicado las dos dosis, la gente está contrayendo covid y está muriendo”, dijo.
“Se trata de la vacuna que algún gobernador quería comprar y ahí estamos viendo los problemas”, agregó, en referencia al gobernador de San Pablo, Joao Doria, su principal rival entre los conservadores, quien también estuvo detrás de la fabricación de la vacuna Sinovac en Brasil.
Bolsonaro arremetió contra Sinovac: “Por lo que parece, no está dando el resultado esperado. Está protegiendo a pocas personas y no al número que debería ser”. Sinovac también se encuentra entre los medicamentos utilizados en Uruguay y es el inmunizador mayoritariamente aplicado en Chile, donde, a pesar del número de inoculaciones, existen severas restricciones al movimiento de personas por motivos sanitarios.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, estuvo de acuerdo con Bolsonaro el viernes al cuestionar la eficacia de Sinovac y agregó a la rusa Sputnik V.
“La vacuna china, que nunca hizo la solicitud (de validación europea) y que, en cualquier caso, la EMA tampoco ha aprobado, ha demostrado ser inadecuada para enfrentar la pandemia, como se desprende de la experiencia en Chile”, dijo Draghi.
Según un estudio de la Universidad de Chile fechado en abril, Sinovac tenía una efectividad del 54% en ese momento y parece haber perdido un 10% adicional, a la luz de los nuevos casos diarios reportados en ese país en los últimos dos meses.
Bolsonaro insistió en que será el último brasileño en vacunarse y dijo que era mejor contraer el virus y luego buscar tratamiento temprano bajo la supervisión de un médico calificado, como lo ha hecho él. “Busque un médico porque el médico tiene la libertad de recetar lo que considere más conveniente. Busque alternativas”, dijo.
“Me infecté el año pasado, tomé el medicamento y me curé. Hace seis meses volví a sentir los síntomas e inmediatamente lo tomé y al día siguiente estaba bien. No voy a esperar hasta que me falte el aliento para ir al médico a recetarme. Mi vida es mía”, subrayó.
También señaló que había visitado reservaciones indígenas recientemente, donde los lugareños le dijeron que varios de ellos habían contraído covid pero que ninguno había muerto por ser tratados con hierbas medicinales.
Bolsonaro también criticó las medidas de distanciamiento social impuestas por los gobiernos regionales y municipales para tratar de frenar la pandemia y citó noticias según las cuales los niños pasan hambre porque no pueden ir a las escuelas públicas donde se les ofrece comida.
“Esto es una consecuencia de la forma inadecuada de tratar la pandemia. El que decidió cerrar las escuelas no fui yo sino los alcaldes y gobernadores. Si perdió su trabajo y su alquiler, no fue mi culpa; fue de quien cerró empresas. La culpa es de los gobernadores”, aseguró.
El mandatario citó el caso de Argentina, al que se refirió como el país que más confinamientos impuso y ahora, a su juicio, es el país con mayor número de muertes por covid por millón de habitantes. El problema fue que la izquierda ganó las elecciones en Argentina, dijo.
También cuestionó, nuevamente contradiciendo la evidencia científica convencional, el uso de máscaras cuando una persona ya está vacunada o ha contraído covid y dijo que había encargado al Ministerio de Salud evaluar si todas las personas ya inmunizadas pueden o no salir sin máscara.
Bolsonaro, que persiste en su postura con respecto al covid-19, ha visto caer su popularidad al 39% en junio desde un 50% de febrero.