El gobierno de Bielorrusia obligó a aterrizar a un Boeing 737 de Ryanair que sobrevolaba su territorio en ruta desde Atenas a Vilnus, lo que hizo posible el arresto del periodista disidente Roman Protasevich, de 26 años.
Protasevich, periodista y fundador del canal de noticias Nexta, en Telegram, estaba entre los pasajeros con destino a la capital lituana cuando un avión de combate Mig-29 del régimen de Alexander Lukashenko más una amenaza de bomba llevaron a los pilotos a aterrizar en el aeropuerto de Minsk, donde el arresto tuvo lugar.
El periodista ha sido acusado de estar involucrado en actividades terroristas y podría ser condenado a 15 años de prisión, se informó.
La presidencia bielorrusa confirmó que se trataba de una orden de Lukashenko, según la agencia de prensa oficial Belta.
La líder opositora Svetlana Tijanóvskaya, quien el año pasado enfrentó a Lukashenko en las fraudulentas elecciones presidenciales de agosto que provocaron meses de protestas, acusó al régimen de haber organizado una operación para detener a Protasevich.
“Ya nadie puede estar seguro cuando sobrevuela Bielorrusia. ¡Se impone una reacción internacional!”, dijo, al tiempo que exigió una investigación a la Asociación Internacional de Aviación Civil.
Nexta afirmó que el desvío fue causado por una pelea de agentes bielorrusos que estaban a bordo y dijeron que había una bomba. Más tarde, el aeropuerto de Minsk confirmó que la alarma era errónea.
El episodio arrastró una serie masiva de condenas del mundo occiedental.
El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, pidió la participación de la OTAN y de la UE, acusó a Bielorrusia de cometer una acción odiosa y exigió la liberación del periodista.
La UE exigió a Bielorrusia que todos los pasajeros del avión continúen viajando. El Alto Representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, escribió en Twitter: “Es totalmente inadmisible. Hacemos responsable al gobierno bielorruso de la seguridad de todos los pasajeros”.
El avión aterrizó en Vilnius más tarde el domingo, pero sin el disidente bielorruso.
El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki acusó a Minsk de practicar un acto criminal de terrorismo de Estado. Y desde el Reino Unido, su ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, dijo que la acción extravagante de Lukashenko tendrá consecuencias.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo en un comunicado el domingo que su país condena enérgicamente el desvío forzado de un vuelo entre dos estados miembros de la UE y la posterior deportación y arresto de Roman Protasevich, al tiempo que exigió su liberación inmediata.
Este acto impactante perpetrado por el régimen de Lukashenko puso en peligro la vida de más de 120 pasajeros, incluidos ciudadanos estadounidenses, dijo el comunicado de Blinken. Los informes iniciales que sugieren la participación de los servicios de seguridad bielorrusos y el uso de aviones militares bielorrusos para escoltar el avión son profundamente preocupantes y requieren una investigación completa.
Protasevich fue uno de los fundadores de Nexta, una de las principales fuentes de noticias sobre las manifestaciones en Bielorrusia el año pasado. Lukashenko llevó a cabo una brutal represión contra estas protestas. Unas 35.000 personas fueron detenidas por la policía, según organizaciones de derechos humanos. Decenas de personas han sido condenadas a prisión y, según datos oficiales, se han abierto más de mil casos penales.
Las manifestaciones disminuyeron en invierno, pero la represión continúa. La semana pasada fueron detenidos 11 trabajadores y periodistas del portal opositor Tut.by.