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Fisura diplomática con China se traduce en escasez del ingrediente activo para producir vacunas en Brasil

Sábado, 15 de mayo de 2021 - 07:57 UTC
Todo lo que se necesita para que China reanude el envío de IFA es una disculpa de Bolsonaro Todo lo que se necesita para que China reanude el envío de IFA es una disculpa de Bolsonaro

El gobernador de San Pablo, Joao Doria, culpó este viernes al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, de una crisis diplomática con China, que provocó la suspensión de suministros para fabricar vacunas contra el coronavirus.

El Instituto Butantan, que depende del Estado de San Pablo, dejó de producir el viernes el inmunizador Coronavac por falta del Insumo Farmacológico Activo (IFA), se anunció.

Doria dijo que hubo “una fricción diplomática causada por declaraciones desastrosas del gobierno federal contra el gobierno de China y contra la vacuna en sí”.

El gobernador agregó que “los brasileños no piensan como el presidente de la República, los brasileños siguen agradeciendo a China por ayudar a salvar vidas”, sostuvo Doria del Partido Socialdemócrata Brasileño.

“Los delitos contra el pueblo de China también ofenden al pueblo brasileño”, dijo Doria, quien admitió que no hay fecha para reanudar la producción.

El estado de San Pablo ha estado negociando con la Embajada de China para desbloquear el envío de 10,000 litros de IFA para generar 18 millones de dosis de Coronavac. Según el estado de San Pablo, China está retrasando el embarque debido a “problemas burocráticos” que podrían resolverse si el gobierno brasileño expresara públicamente sus “disculpas” por las declaraciones de Bolsonaro.

El 5 de mayo, Bolsonaro insinuó sin nombrarla que China estaba detrás de la creación del virus Sars-CoV-2 en el contexto de una “guerra química y bacteriológica” de alcance global, y que la pandemia favorecía económicamente al gigante asiático.

Además, el ministro de Economía, Paulo Guedes, ha dicho que China “inventó” el coronavirus y que las vacunas orientales no eran de muy buena calidad, a lo que respondió el embajador chino, Yang Wanming, recordando a Guedes que alrededor del 85% de los inmunizadores e insumos utilizados en Brasil se fabrican en China.

Desde el inicio de la pandemia, Bolsonaro se declaró en contra de las vacunas en general, no solo de las chinas, y prometió que nunca se aplicaría ninguna. Bolsonaro, de 66 años, hasta ahora no ha recibido ninguna vacuna, mientras que otros miembros más jóvenes de su administración sí lo han hecho.

Carlos Murillo, director general para América Latina del laboratorio estadounidense Pfizer, dijo el jueves ante la Comisión de Investigaciones Parlamentarias (CPI), que Bolsonaro había dejado pasar la oportunidad de comprar 70 millones de dosis. Pfizer, según Murillo, había hecho al menos tres propuestas para la venta de vacunas en 2020, todas desatendidas por Bolsonaro y el entonces ministro de Salud, general Eduardo Pazuello.

Brasil finalmente firmó un contrato con Pfizer en marzo de este año por 2,6 millones de dosis. Hasta el jueves, se habían aplicado más de 56 millones de vacunas en Brasil, de las cuales unos 45 millones fueron cubiertos por los medicamentos chinos Coronavac y 10 millones por el británico AstraZeneca.

La detención de la planta de Butantan en San Pablo debería tener un impacto significativo en la tasa de inmunización en todo Brasil, ya que los envíos de Pfizer por sí solos no pueden compensar la falta de producción del instituto paulista.

Además, el instituto Fiocruz en Río de Janeiro, que depende del gobierno nacional, también se ha visto obligado a detener la producción del inmunizador Astra Zeneca porque utiliza IFA de fabricación china.

El vicepresidente de Fiocruz, Marco Krieger, dijo en una entrevista publicada este viernes en el diario O Globo, que “hubo dificultades que no pudimos superar” que impidieron cumplir “las expectativas exageradas” en cuanto a la producción de vacunas.