El embajador de Rusia en Buenos Aires, Dmitry Feoktistov, ha confirmado la intención de su país de construir dos centrales nucleares en Argentina y fuentes de prensa en el palacio presidencial Casa Rosada no lo han negado, aunque el proyecto aún no ha sido avalado oficialmente por la administración del presidente Alberto Fernández.
La cooperación entre Argentina y Rusia está funcionando a todo vapor desde la compra de las vacunas contra el coronavirus Sputnik V y el acuerdo para producirlas localmente en un futuro próximo.
De las dos plantas proyectadas que Rusia supuestamente pretende apoyar financieramente, una se ubicaría en el continente argentino mientras que la otra, más ambiciosa, se ubicaría en el mar.
”Entre los proyectos que le propusimos al ministro (de Economía) Martín Guzmán y al gobierno está la construcción de una central nuclear flotante, que podría ubicarse en cualquier parte del vasto territorio argentino”, dijo Feoktistov en una entrevista televisiva. Solo hay una planta de este tipo en el mundo y también es rusa. Se encuentra frente a la costa del Mar Ártico desde mayo del año pasado.
El diplomático describió la opción como una empresa conjunta en la que Argentina debería abastecer el transporte marítimo y Rusia estaría a cargo de “los reactores nucleares”.
Pero los ministerios argentinos de economía y relaciones exteriores han admitido no tener conocimiento de tal proyecto.
La planta continental sería similar a la que ya tiene China en la provincia argentina de Neuquén, explicó Feoktistov y se cree que sus versiones concuerdan con la visita del ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, a la empresa rusa Rosatom en las últimas semanas.
El interés ruso en Argentina se remonta a las presidencias de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y también hubo algún intercambio diplomático con Mauricio Macri (2015-2019) pero el gobierno de Vladimir Putin ve el nuevo acercamiento a través de la vacuna Sputnik V como un oportunidad renovada de recoger las cosas donde se habían detenido.
Propusimos construir la planta, poseerla y operarla, dijo Feoktistov. Estos son proyectos que pueden costar 10 mil millones de dólares o más, y Rusia está dispuesta a pagarlo todo para que Argentina no gaste un solo peso, lo que a su vez genera dudas sobre el control que Argentina podría tener luego sobre la planta.
Según el proyecto, Argentina cedería el terreno para la construcción, operación y posterior mantenimiento de la planta a cambio de entre 20 y 30 años de electricidad por un precio fijo. Si llegamos a un acuerdo, es para servir a ambas partes, ahora Argentina tiene la pelota, dijo el diplomático que está en Buenos Aires desde 2018 y se cree que es uno de los dignatarios de Putin más confiables en América Latina.
Rusia también está impulsando proyectos en otras áreas ante el presidente Fernández, como iniciativas para reformar 550 km de carreteras y construir otros 150 km en la ruta entre Bahía Blanca y Vaca Muerta. Y para eso, Rusia estaría dispuesta a suministrar a Argentina “las armas militares más modernas y adecuadas”, según Feoktistov.