A partir de este viernes se aligerarán las medidas restrictivas impuestas hace una semana como parte de la estrategia de las autoridades locales en el estado brasileño de Río de Janeiro contra la propagación de la pandemia de coronavirus, se anunció.
Los bares, restaurantes y tiendas de golosinas volverán a recibir a los clientes en persona para consumo en el lugar, pero solo hasta las 9 p.m. Otras empresas tendrán que ceñirse a horarios específicos indicados por el gobierno, mientras que las oficinas estatales no esenciales operarán de 8 am a 5 pm.
Se permiten museos, galerías, cines, circos, acuarios y zoológicos entre el mediodía y las 21.00 horas. Pero ir a la playa estará limitado a los residentes locales hasta el 19 de abril y se mantendrá el toque de queda de 23:00 a 05:00, mientras que las reuniones sociales seguirán prohibidas.
Investigadores del Observatorio Covid-19 de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) emitieron un comunicado recomendando la extensión del distanciamiento social. Argumentaron que era muy pronto para cualquier relajación. Aunque los datos sugieren que hubo un aumento en el distanciamiento social como consecuencia del incremento de las medidas restrictivas, el efecto mitigante sobre el avance de la pandemia fue tímido, dijeron los científicos, agregando que tomaría al menos 14 días para percibir los efectos de las restricciones.
Río ha registrado 38,657 muertes y 671,207 infecciones por SARS-CoV-2 de un total de 345,025 muertes y 13,279,857 casos de Brasil.
En tanto, la Suprema Corte Federal dictaminó el jueves por nueve votos contra dos que los estados y municipios pueden determinar el veto público de actividades religiosas como medida para combatir el covid-19, ratificando así un decreto del gobierno del estado de São Paulo que limitaba ceremonias, servicios y culto presencial en la denominada fase de emergencia, vigente desde el 15 de marzo. Los jueces sostuvieron que la restricción temporal no atenta contra el precepto constitucional de la libertad religiosa.
La jueza Carmen Lúcia destacó que las limitaciones eran temporales, necesarias y razonables, mientras que el presidente del Tribunal Supremo Luiz Fux fue aún más lejos: Es un momento de deferencia a la ciencia, dijo.