Dos facciones opositoras de Nicaragua lanzaron este lunes sendas campañas para promover el voto masivo en las elecciones generales del 7 de noviembre próximo para derrotar al presidente del país, el sandinista Daniel Ortega, quien se encuentra en el poder desde enero de 2007.
Tanto la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, como la Coalición Nacional, llamaron a la población a interesarse en la importancia del voto, y a asegurarse de que van a poder votar el 7 de noviembre.
La Alianza Cívica, que fue la contraparte del Gobierno en las negociaciones de 2018 y 2019 para superar la crisis sociopolítica que afecta al país, que no tuvieron éxito, lanzó su campaña denominada héroe ciudadano para animar a los pobladores a que elijan un nuevo gobierno que lleve a Nicaragua a transitar hacia la democracia, restablezca los derechos y libertades, y garantice el desarrollo económico.
Por su parte, la Coalición Nacional, compuesta por tres movimientos sociales y dos partidos políticos, advirtió a los nicaragüenses que revisen la fecha de vencimiento de su cédula de identidad, que es el documento válido para ejercer el sufragio.
La cédula de identidad es un documento muy importante para ejercer tu derecho al voto. Revisá la fecha de expiración y no des una oportunidad a la dictadura. Elegir a tus representantes es tu derecho, no dejés que otros elijan por vos, indicó la Coalición en una declaración.
”Nuestra meta es que cada nicaragüense hábil para votar (de 16 años o más), lo haga. A más votos depositados y defendidos, mayor oportunidad para que derrotemos a la dictadura”, explicó el director ejecutivo de la Alianza Cívica, José Dávila, cuya campaña no está relacionada con la de la Coalición Nacional.
En las últimas semanas los grupos opositores han insistido en que la única forma de derrotar a Ortega, o sobreponerse a un posible fraude a favor de los sandinistas en las elecciones, es acudiendo masivamente a las urnas, y aunque hablan de unidad, hasta ahora no hay indicios de que eso ocurra.
Según la disidencia, Ortega, cuyo partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) cuenta con un 25% de aceptación, según la última encuesta de la firma internacional Cid Gallup, se ha mantenido en el poder desde 2007 gracias a supuestos fraudes electorales, que han llevado a la apatía de los electores.
Los opositores pretenden capitalizar el descontento mostrado por los resultados fatales de las masivas protestas antigubernamentales de 2018 para acabar con la influencia casi absoluta de Ortega en la política nicaragüense desde 1979.
Mayo será un mes decisivo para las aspiraciones de la oposición, ya que ese mes vence el plazo que dio a Ortega la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para garantizar elecciones creíbles.
Desde el estallido social contra Ortega en abril de 2018, el país centroamericano vive una profunda crisis sociopolítica, que ha dejado cientos de muertos, heridos y detenidos, así como decenas de miles en el exilio.
Nicaragua no vivía un conflicto similar desde los años 1980 a 1990, también bajo la presidencia de Ortega.