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Pandemia castiga pesca y acuicultura mundiales: confinamientos afectaron oferta y demanda

Jueves, 11 de febrero de 2021 - 09:44 UTC
Las preferencias de consumidores han cambiado. En tanto la demanda de pescado fresco ha disminuido, la demanda de envasados y congelados ha aumentado Las preferencias de consumidores han cambiado. En tanto la demanda de pescado fresco ha disminuido, la demanda de envasados y congelados ha aumentado

La pesca y la acuicultura mundiales se han visto gravemente afectadas por la pandemia del Covid-19 y podrían afrontar nuevas perturbaciones en 2021, pues los confinamientos afectarán a la oferta y la demanda en todo el sector, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

El informe titulado “Repercusiones del Covid-19 en los sistemas alimentarios relacionados con la pesca y la acuicultura” se presentó durante el 34º período de sesiones del Comité de Pesca, albergado por la FAO.

De acuerdo con el informe, se prevé una disminución de la oferta, el consumo y los ingresos comerciales debido a las restricciones de contención, en tanto que se espera que la producción acuícola mundial descienda un 1,3%, lo que supondría la primera caída que registra el sector en varios años.

“La pandemia ha provocado un trastorno generalizado en el sector de la pesca y la acuicultura, al haberse alterado la producción, interrumpido las cadenas de suministro y restringido el gasto de los consumidores debido a varios confinamientos”, explicó la directora general adjunta de la FAO, Maria Helena Semedo.

“Las medidas de contención han ocasionado cambios profundos, muchos de los cuales probablemente perdurarán a largo plazo”, añadió.

Aunque los alimentos en sí no son responsables de la transmisión del Covid-19 a las personas, el informe destacó que todas las etapas de la cadena de suministro de la pesca y la acuicultura eran susceptibles de sufrir perturbaciones o interrupciones por las restricciones de contención.

Los precios agregados para 2020, medidos según el índice de valores de productos del mar, han disminuido en términos interanuales para las especies más comercializadas. Los cierres de restaurantes y hoteles en muchos países han provocado, a su vez, una caída de la demanda de productos acuícolas-pesqueros frescos.

“La repercusión ha sido significativa en los países en desarrollo, especialmente en aquellos con grandes sectores informales, en los que los trabajadores y comunidades en pequeña escala y artesanales dependen de la pesca para su seguridad alimentaria y sus medios de vida. Ellos se han llevado la peor parte de las restricciones”, declaró Maria Helena Semedo.

Según se subrayaba en el informe de la FAO, en la acuicultura había cada vez más indicios que la producción sin vender daría lugar a un aumento de los volúmenes de existencias de peces vivos, lo que generaría un incremento de los costos de alimentación así como mayores cifras de mortalidad de los peces. Los sectores con ciclos de producción más largos, como el salmón, no pueden adaptarse con rapidez a los cambios en la demanda.

Se prevé también que las capturas mundiales de pesquerías naturales hayan sufrido un ligero descenso en 2020, ya que, en general, ha habido un menor esfuerzo de pesca debido a las restricciones relativas con el Covid-19 impuestas a las tripulaciones de buques pesqueros y las malas condiciones de los mercados.

Preferencias y producción

A raíz del Covid-19, las preferencias de las y los consumidores han cambiado. Mientras que la demanda de pescado fresco ha disminuido, la demanda de consumo de productos envasados y congelados ha aumentado, ya que las familias buscan abastecerse de alimentos no perecederos.

Antes de la pandemia, el sector presentaba una tendencia general al alza. En 2018, la producción pesquera y acuícola mundial, excluidas las plantas acuáticas, alcanzó un máximo histórico de casi 179 millones de toneladas. La pesca de captura global, con 96,4 millones de toneladas, supuso el 54% del total, en tanto que la acuicultura, con 82,1 millones de toneladas, representó el 46%. En los últimos decenios, el consumo de pescado ha aumentado de forma significativa a un promedio de más de 20 kilogramos por persona.

La FAO ha solicitado que las medidas de restricción transfronteriza que alteran el comercio de alimentos se reduzcan al mínimo en aras de la seguridad alimentaria. En el informe se instó a organizaciones sectoriales y regionales a trabajar conjuntamente para gestionar los sectores pesquero y acuícola durante la pandemia, aplicando medidas que apoyen la protección del empleo y aseguren una rápida recuperación del rubro sin comprometer la sostenibilidad.