En octubre MercoPress publicó, a partir de una crónica en varios medios argentinos, sobre una operación clandestina, super secreta por parte del submarino Santiago del Estero de la marina argentina, el cual supuestamente hizo un relevamiento de una zona de playas en las Islas Falkland, al norte de la capital Stanley, denominada Cow Bay, Bahía Vaca, hace más de medio siglo, en octubre de 1966.
Según los testimonios de algunos oficiales argentinos aún vivos, la operación de relevamiento en dos noches consecutivas, considerada muy exitosa por la información recogida, quizás pensando en datos para una futura invasión, consto en el desembarco en Bahía Vaca de dos grupos de fuerzas especiales que supuestamente y según el parte elevado a Buenos Aires, nunca se cruzaron con persona alguna de las Islas, a no ser alguien que vieron a la distancia.
Empero la nota llamó la atención del fundador del semanario de las Islas Penguin News, Graham Bound, jubilado en Londres pero igualmente columnista de la publicación.
Recordó que de niño viviendo en el campo había un trabajador rural, puestero de una de las estancias ovinas de las Islas, quien solía contar, cuando algo 'adobado' por el elixir de los dioses, de haberse cruzado con un grupo de simpáticos y generosos argentinos que habían salido de un barco negro emergido del agua de Bahía Vaca.
Bound también pensaba que la anécdota tenía más de fantasía que de realidad, sin embargo al escribir una de sus columnas semanales también se preguntó si no habría otras personas que pudieran dar respaldo a ese testimonio.
Y así fue, apareció Eric Goss, un veterano productor rural y gerente de estancias quien efectivamente ilustró a Graham, por correo electrónico, con detalles fascinantes de aquel encuentro.
Identificó al trabajador rural como Frank Smith, quien efectivamente en esa primavera de 1966, era puestero en un campo en Volunteer Shanty, próximo a la Bahía Vaca, por donde debía rondar vigilando a las ovejas pues era época de parición.
Eric Goss también habló del tema con George y Mike Smith, quienes pasaron muchos años de trabajo en torno a Johnson Harbor, el casco de la estancia que alcanza dicha zona, y confirmaron los detalles que ayudaron a recomponer el posible escenario en base al relato de Frank.
Al Viejo Frank le gustaba un par de tragos y después de tomar varios, largaba la lengua y relataba su experiencia en la Bahía Vaca, sostuvo Eric Goss.
Frank contó que se encontraba cerca de Bahía Vaca cuando vio lo que describió como uno de esos extraños cascos negros de barcos que van bajo el agua. Una descripción bastante acertada para alguien que no tuviera conocimiento sobre los submarinos.
Según agregó Frank, había siete hombres en la playa con un bote inflable. Se mostraron muy amistosos con él, y demostraron un interés especial en su caballo y perro arreador de ovejas. Les llamó la atención el apero y arreos del caballo que el propio Frank había confeccionado y también le sacaron fotos a él y sus animales. (Habría que agregar que en las Falklands, el pelo de los equinos y sus arreos se describen en español, legado de la colonia española)
Los argentinos, según palabras de Eric y reeditando la anécdota, fueron muy generosos con el whisky que tanto saboreaba Frank. Debe haber maneado el caballo, se tomó toda la bebida obsequiada, se durmió la mona y finalmente partió hacia el puesto, algo mareado
Mike y George Smith escucharon la experiencia vivida por Frank muchas veces, y conociéndolo por años, según Eric, estaban convencidos que contaba lo que había sucedido. No era persona de inventar historias.
Su nombre completo era Henry Hewitt Smith, y falleció el 3 de julio de 1977 a la edad de 58 años.
Será recordado seguramente como protagonista pleno de uno de los hechos más extraños de la historia reciente de las Falklands, concluye Graham Bound en su columna.