El chavismo gobernante en Venezuela recuperó el control de la Asamblea Nacional (AN, parlamento unicameral) después de cinco años en manos de la oposición, en una elección sin sorpresas en cuanto al resultado, al bajo nivel de participación ciudadana y a las reacciones de aliados y adversarios locales y externos.
La coalición oficialista Gran Polo Patriótico (GPP) reunía 68,43% de los votos con 98,63% del escrutinio completado, informó este lunes por la tarde el Consejo Nacional Electoral (CNE), al actualizar el reporte inicial que había sido divulgado en la madrugada del lunes.
Pese al complejo sistema de votación y a que los resultados en algunas regiones aún no eran irremontables, según el CNE, el oficialismo se encaminaba a ganar no solo la mayoría simple sino las dos mayorías calificadas -tres quintos y dos tercios- que la Constitución exige para la sanción de ciertos tipos de leyes.
“Ha sido una gigantesca victoria de las fuerzas de la revolución bolivariana, una gran victoria de Nicolás Maduro”, afirmó en conferencia de prensa el jefe de la campaña oficialista y candidato a diputado, Jorge Rodríguez, quien sostuvo que el GPP obtuvo 72% de los votos, según la televisora estatal VTV y el diario oficialista Últimas Noticias.
La asistencia ciudadana a las urnas fue de 30,5% del padrón, según el segundo boletín.
Encuestas independientes habían previsto que la participación sería de entre 22% y 40%, luego que la mayoría de la oposición se abstuviera de concurrir a los comicios por entender que no habría garantías de competitividad y serían fraudulentos, y ayer mismo, un sondeo a boca de urna de la firma Meganálisis la cifró en 19,13%.
El nivel de participación era crucial tanto para el gobierno como para la oposición, pues ambos sectores la consideran fuente de legitimidad para el próximo parlamento y el futuro del proceso político en el país.
Tal vez por ese motivo, ni en el oficialismo ni en la oposición había plena satisfacción este lunes, según fuentes políticas de ambos sectores.
Para la oposición, el resultado implica que a partir del 5 de enero próximo -fecha en que deben asumir los diputados electos- se verán debilitados los argumentos legales que le permitieron designar un gobierno interino paralelo encabezado por el presidente de la AN, Juan Guaidó, tras desconocer el mandato actual de Maduro por considerar que surgió de elecciones irregulares.
Guaidó y otros voceros opositores advirtieron que la actual AN se mantendrá hasta que haya “elecciones libres” y, para sustentar esa iniciativa, organizaron una consulta popular que comenzó este lunes y durará hasta el viernes de manera remota y concluirá el sábado en forma presencial.
“Vamos a estar firmes hasta llevar a Venezuela a la libertad y la democracia, nos mantenemos firmes y en resistencia; Nicolás Maduro está derrotado y solo por eso, el 12 de diciembre en las calles de Venezuela se va a movilizar la esperanza”, dijo esta tarde el todavía presidente de la AN en conferencia de prensa.
Las elecciones parlamentarias generaron previsibles adhesiones y rechazos en la comunidad internacional.
Fueron reconocidas por antiguos aliados del chavismo como China, Cuba, Irán, Rusia y Turquía, así como por los expresidentes boliviano Evo Morales, ecuatoriano Rafael Correa, español José Luis Rodríguez Zapatero y paraguayo Fernando Lugo, y la exsenadora colombiana Piedad Córdoba, quienes asistieron como “veedores”.
Al mismo tiempo, fueron rechazadas por la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA), 16 países americanos reunidos en el Grupo de Lima y gobiernos como los de Canadá -que, además, anunció que consideraba disponer sanciones contra Venezuela-Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Letonia, el Reino Unido y Uruguay.