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Falkland flamea orgullosa la bandera de la auto determinación

Viernes, 6 de noviembre de 2020 - 10:34 UTC
La bandera de las Falklands flamea en Gilbert House, sede del gobierno electo de las Islas. La bandera de las Falklands flamea en Gilbert House, sede del gobierno electo de las Islas.

El gobierno de las Islas Falkland ha tomado nota del último intento del gobierno de Argentina por torcer la historia en favor de su reclamo sobre nuestra soberanía. Al destacar el izamiento de su bandera en las Islas Falkland, tan sólo resaltan las fallas en su interpretación de la historia de nuestro hogar.

 Nuestra bandera conmemora el primer avistaje de las Islas Falkland por la tripulación del barco inglés Desire, comandado por el capitán John Davis en 1592. La referencia al barco también está en el lema de las Islas, “Desire the Right”, “Desea el Bien”, que refleja el espíritu de nuestra cultura, que se funda en la democracia y la rectitud.

Noviembre es un mes significativo en la historia de las Islas Falkland, ya que el 24 de noviembre de 1849 la “Convención para Restablecer las perfectas relaciones de Amistad entre la Confederación Argentina y Su Majestad Británica”, fue firmada por los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña. Este tratado de paz efectivamente resolvió todas las disputas entre ambos países afirmando que, “Mediante esta Convención queda restablecida la perfecta amistad entre el Gobierno de la Confederación y el de S. M. B., a su anterior estado de buena inteligencia y cordialidad”. A partir de ahí, los sucesivos presidentes argentinos no se refirieron más a disputa alguna respecto a la soberanía de las Islas Falkland en su mensaje anual al Congreso. La próxima vez que fuera mencionado aconteció con Juan Perón en 1941, previo a convertirse presidente en 1946, y casi cien años después que la disputa fuera zanjada.

Cualesquiera sean las leyes parlamentarias que el actual gobierno de Argentina elija aprobar en el intento por avanzar su reclamo sobre las Islas Falkland, nadie puede rescribir o sobre-escribir la evidencia de la historia. Permanecemos una comunidad diversa, resiliente y pacífica que con el tiempo ha prosperado gracias a los esfuerzos pioneros de la gente que cruzó el globo hasta aquí, para hacer de este lugar tan especial su hogar. No somos una población trasplantada, sino una construida sobre el esfuerzo duro de los inmigrantes que llegaron a nuestras costas. No somos un enclave aislado en el pico sur de América del Sur, sino una democracia fuerte, con auto determinación, inequívocamente clara en cuanto a nuestra identidad y a la bandera que nos representa.