La Corte Suprema de Justicia de Colombia ordenó el martes la detención domiciliaria del expresidente Álvaro Uribe en una investigación por supuesto fraude y soborno de testigos en un proceso en el que el político es acusado de vínculos con escuadrones paramilitares de ultraderecha.
Es la primera vez en la historia de Colombia que el tribunal ordena privar de la libertad a un expresidente. Uribe, un político muy popular y polémico, deberá asumir el proceso privado de la libertad mientras la corte decide si lo acusa y lo lleva a juicio o archiva el caso.
“El senador Uribe Vélez cumplirá la privación de la libertad en su residencia y desde allí podrá continuar ejerciendo su defensa con todas las garantías del derecho al debido proceso”, dijo un comunicado de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema en el que aseguró que le decisión se adoptó por unanimidad.
Uribe es en la actualidad un prominente senador y es el mentor de Iván Duque, el actual mandatario colombiano.
“La privación de mi libertad me causa profunda tristeza por mi señora, por mi familia y por los colombianos que todavía creen que algo bueno he hecho por la patria”, escribió el exmandatario, de 68 años, en su cuenta de Twitter.
La orden de captura podría ahondar la tormenta judicial y política en el país. También amenaza con incrementar la polarización en un país políticamente dividido.
Uribe y el congresista Álvaro Hernán Prada son acusados de soborno y fraude, delitos para los que la legislación colombiana establece prisión de hasta 12 años.
El expresidente acusó en 2012 al senador izquierdista Iván Cepeda de organizar un complot para vincularlo falsamente con escuadrones paramilitares durante visitas a exintegrantes de esos grupos en cárceles.
Pero en febrero de 2018, el tribunal que investiga todos los asuntos penales que involucran a legisladores dijo que Cepeda había recopilado información como parte de su trabajo y que no había pagado ni presionado a exparamilitares. En cambio, la corte aseguró que Uribe presionó testigos a través de terceros.