Productores y analistas del sector agrícola de Argentina confiaron en lograr récords de producción y exportación de trigo en esta campaña, mientras el subsecretario de Agricultura, Julián Echezarreta, afirmó que se brindan las condiciones para reducir la incertidumbre “en todos los aspectos”, incluida la posibilidad de preservarse de eventuales devaluaciones mediante depósitos del Banco Nación ajustables al tipo de cambio.
“Es un objetivo compartido que en la próxima campaña accedamos a los volúmenes que se prevén y desde el Ministerio de Agricultura hacemos todos los esfuerzos para que así sea”, dijo Echezarreta durante un seminario organizado por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
El funcionario remarcó la “responsabilidad social” de la cadena triguera y consideró que la incertidumbre sobre posibles variaciones del tipo de cambio “queda totalmente abstraída”, ya que los productores pueden “estar a salvo, no sólo con el precio del trigo sino de cualquier devaluación”, a través de los depósitos con dólar link recientemente lanzados por el BNA.
Es un objetivo compartido que en la próxima campaña accedamos a los volúmenes que se prevén y desde el Ministerio de Agricultura hacemos todos los esfuerzos para que así sea”, explicó Echezarreta.
El titular de la entidad de productores, Jorge Chemes, alentó a su vez un “alivio en materia impositiva”, ya que “el riesgo o desconfianza es que se incrementen las retenciones a la exportación, que se eche mano de ese instrumento por la urgencia o para solucionar la inmediatez, lo cual sería un error”.
Chemes aclaró que “el Gobierno no piensa en esto”, aunque reiteró su rechazo a “cualquier tipo de carga impositiva en medio la campaña, porque puede ser nefasto para lo que falta sembrar y el paquete tecnológico a usar para aumentar los rendimientos”.
El presidente de CRA afirmó que la combinación trigo-soja es “una buena opción por la relación insumo-producto”, si bien el cultivo del cereal es “vulnerable a un cambio de escenario” e insistió en rechazar “medidas distorsivas como las retenciones”, que pueden limitar el potencial del sector.
El gerente de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Agustín Tejeda Rodríguez, destacó por su parte las buenas perspectivas de la campaña triguera “dadas las señales de precios internacionales, insumos y paquete tecnológico en todas las regiones productivas”.
El grano resistió bien a la pandemia frente a otros productos agrícolas”, y los precios subieron 20% hasta mayo, en comparación con septiembre pasado, con lo cual “los márgenes brutos (dólares por hectárea) se presentan un poco mejores que los de la campaña pasada”, aseguró.
Tejeda Rodríguez señaló que “el clima desmejoró, y se nota un déficit hídrico en el centro norte del país, especialmente en Córdoba, con la peor situación en cinco años”.
Como contrapartida, agregó, se proyecta un mayor uso de fertilizantes: 100.000 toneladas más (6%) que el ciclo previo, hasta 1,7 millón de toneladas, con lo cual la siembra prevista de 6,7 millones de hectáreas arrojaría una producción de trigo de 20,9 millones de toneladas (11% más que en 2019-20).
Según el analista, la exportación prevista será 13,3% superior al promedio de las últimas cuatro campañas, mientras que la molienda crecerá 6,3%.
El valor bruto de la cosecha fina (incluyendo cebada) será de US$ 10.646 millones (5% más), con un valor agregado de US$ 4.129 millones (11% de suba), precisó Tejeda Rodríguez. Las exportaciones, en tanto, se elevarían a US$ 3.600 millones (8% de suba) y la recaudación impositiva se proyecta a US$ 1.184 millones (24% de incremento).