El Gobierno alemán aliviará la presión fiscal a la rama de la gastronomía para que el sector, uno de los más dañados por la crisis del coronavirus, pueda afrontar con rebajas impositivas la vuelta a la normalidad con perspectivas de crecimiento y mantenimiento del empleo.
Se trata de un proyecto de ley que fue aprobado la semana pasada por el Consejo de Ministros y que prevé una rebaja del impuesto sobre el valor añadido (IVA) a las comidas del 19% actual al 7%.
El objetivo de la medida es apoyar al sector en el período de reapertura y aliviar los efectos económicos de las restricciones aún en vigor. Los bares y restaurantes necesitarán un impulso cuando puedan volver a abrir, declaró la secretaria de Estado de Finanzas, Sarah Ryglewski.
Al mismo tiempo, el gabinete decidió que las subvenciones de los empleadores para beneficios laborales a corto plazo estarán en su mayoría exentas de impuestos. El requisito previo es que el monto de reposición y la asignación de corto plazo juntos no excedan el 80% de los salarios perdidos. Si se paga más, solo la parte que va más allá será gravada. Esto corresponde a la regulación en la ley de seguridad social y asegura que los pagos lleguen sin disminución a los empleados.
La norma -que implicará un descenso en la recaudación del Estado de unos 2.700 millones de euros- entrará en vigor 1 de julio de 2020 y extenderá hasta el 30 de junio de 2021, una vez sea aprobada por las dos cámaras parlamentarias.