El jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR para México y América Central, Jordi Raich, destacó que si bien esas poblaciones ya preocupaban antes, la inquietud ahora es mayor pues serán quienes sufran doblemente por los efectos de la pandemia a largo plazo, durante la presentación de su informe anual.
De acuerdo con el Estudio Mundial sobre el Homicidio de 2019 publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd) Centroamérica es, con una tasa de 25,9 homicidios por cada 100.000 habitantes, la zona con mayor nivel de muertes violentas del mundo.
En México, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública, solo en marzo de este año se registraron 3.000 víctimas de homicidio doloso, en lo que fue el mes más violento del mandato del presidente Andrés López Obrador.
Raich expresó que en la región la migración sigue siendo un problema que pone en riesgo a miles de personas, pues además enfrentan múltiples riesgos, como accidentes, enfermedad, desaparición, violencia sexual y amputaciones.
Esas personas están ahora en mayor riesgo por su vulnerabilidad ante la pandemia de coronavirus, sobre lo que se reportaban hoy unos 6.500 casos en Centroamérica y 9.500 en México, según la Universidad Johns Hopkins.
Raich destacó, además, que otra preocupación en el contexto de la pandemia es que las medidas de prevención que se tomaron no violen los derechos de los migrantes y evitar que sean víctimas de discriminación por quienes piensan que pueden ser portadores del virus.
Ante ello, el CICR informó que durante 2019 buscó velar por el respeto de los derechos de los migrantes y apoyarlos con asistencia en salud y acciones de protección, además de contribuir para que pudieran mantener el contacto con sus familiares y reducir así el riesgo de desapariciones.
En ese sentido, Martin De Boer, jefe adjunto de la Delegación Regional de la CICR, dijo que uno de los principales riesgos que corren los inmigrantes es que el acceso a la salud disminuyó en los países de la región debido a las necesidades que se presentan por el coronavirus.
Al mismo tiempo, los familiares de desaparecidos tienen una complejidad adicional pues muchos lugares de búsqueda están cerrados ya que la pandemia supone una barrera adicional.
El CICR mencionó asimismo la situación de las personas privadas de libertad, que también representan una preocupación por el riesgo de contagio, por lo que urgió a garantizar que se evite la entrada del coronavirus a las cárceles.
Por otra parte, las agresiones de las que fueron víctimas profesionales de salud en países como México son motivo de alarma para el CICR. Me parece inaceptable, inconcebible que no se les respete, expresó Raich.