El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, admitió el lunes que los Juegos Olímpicos de 2020 podrían no comenzar según lo planeado debido a la crisis de la pandemia del covid-19, según se informó.
Pero debido a la recesión en la economía japonesa, se estima que el gobierno está esperando que el Comité Olímpico Internacional (COI) adopte los primeros pasos en esa dirección, a fin de evitar multas por un eventual incumplimiento del contrato.
El COI, por su parte, admitió después de una reunión de emergencia el domingo que se agregó un posible aplazamiento de los Juegos a sus esquemas de planificación de escenarios.
Después de la decisión de Canadá y Australia de no enviar equipos a Tokio si las competiciones comenzaran como estaba programado para el 24 de julio, el primer ministro Shinzo Abe reconoció por primera vez el lunes que el evento podría posponerse si no se podía celebrar en su forma completa debido a la pandemia de coronavirus.
Está claro que los Juegos no pueden celebrarse en julio, dijo el dirigente australiano Ian Chesterman. Nuestros atletas han sido magníficos en su actitud positiva hacia el entrenamiento y la preparación, pero el estrés y la incertidumbre han sido extremadamente arduos para ellos.
Mientras tanto, el Comité Olímpico de Canadá y el Comité Paralímpico de Canadá dijeron en una declaración conjunta el domingo que mientras reconocemos las complejidades inherentes a un aplazamiento, nada es más importante que la salud y la seguridad de nuestros atletas y de la comunidad mundial.
La epidemia también ha afectado la credibilidad de los Abenomics, una combinación de políticas adoptada por Shinzo Abe después de asumir el cargo en 2012, que según el gobierno ha ayudado, junto con un mercado de valores sólido, a expandir la economía.
Pero como se considera que el Banco de Japón no cuenta con herramientas políticas para impulsar aún más la economía después de años de relajación monetaria masiva, Abe ahora se ve obligado a recurrir a las arcas estatales para un estímulo presupuestario tan grande como el ofrecido en la crisis financiera mundial de 2008-2009, a pesar de que podría deteriorar la salud fiscal del país.
Es posible que Japón caiga en su peor recesión desde la crisis de 2008, dijo Toshihiro Nagahama, economista jefe del Instituto de Investigación de Vida Dai-ichi.
Nagahama plantea una reducción al impuesto al consumo del 10% al 8% en todos los productos, no solo alimentos y artículos diarios, como medida provisional hasta que la economía vuelva a la normalidad.